Ya sé que actualmente es cliché irse contra Doe Run y que no es chévere seguir a la turba... Pero esta vez no me queda otra.  A estos de Doe Run no hay forma de defenderlos.  Y hoy salió una noticia en los periódicos que amerita comentar para reforzar la idea de que a los de esta empresa hay que arrojarlos a una cámara de gas, pero en vez de meterles gas venenoso, hay que meterles el dióxido de sulfuro que generan. O como se llame esa porquería que liberan a la atmósfera.

Primero, hay que aclarar que la empresa Doe Run heredó un pasivo ambiental de Centromin, una empresa pública que administraba la refinería y que mucho no se preocupó por el medio ambiente. Reconociendo que no podía administrar eficientemente el armatróste ése, el Estado decidió entregar su manejo a una empresa privada. Se licitó, se ganó, se transfirió y cayó en manos de Doe Run, que bien que han hecho su buen dinero desde entonces. De eso hay bastante evidencia, como las utilidades que repartieron entre sus trabajadores por los beneficios del año pasado.

Entonces, si andan repartiendo utilidades, ¿cómo es que ahora se salen con que no tienen plata para cumplir con sus obligaciones? Cuando la empresa firmó el contrato con el Estado, uno de los compromisos que asumió fue la instalación de nuevas tecnologías más limpias que permitirían reducir la emisión de contaminación. Pero ahora se salen con que pucha, les tenemos que dar otra extensión. Porque no tienen plata para cumplir con su parte del trato. Aquí hay algo que no cuadra.

Si les damos otra extensión, la situación seguirá igual. No olvidemos que La Oroya es uno de los 30 lugares más contaminados del mundo. ¡Del mundo! Estamos hablando de un lugar en el que el nivel de plomo en la sangre de los niños es tres veces lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. O sea, la situación ambiental ahí no es precisamente holgada. Es un desastre.

Por éstas y otras atrocidades es que me parece genial que ayer la Sociedad Nacional de Minería, Petroleo y Energía haya decidido suspender a Doe Run de su gremio, que es el paso previo a la expulsión.  Way to go, SNMPE! El Estado debería seguir el ejemplo y quitarle la concesión de la refinería a la empresa. Si Doe Run no está pudiendo cumplir con sus compromisos, piña. Te la quito y la ofrezco a otra empresa que sí esté interesada en explotarla de manera responsable, cumpliendo con los requerimientos mínimos ambientales y sociales.

Finalmente, hay que marcar la diferencia entre defender a la economía de libre mercado de defender estos mamotretos. En una economía de libre mercado es importante la labor del Gobierno en la regulación de las externalidades. Y la contaminación que le genera Doe Run a la sociedad por su despreocupación ambiental es un claro ejemplo. En ese sentido, es importante que se intervenga. Y por lo que vemos en las noticias, la única salida es quitarle la refinería a esta empresa irresponsable y dársela a otra que quiera hacer las cosas bien.