#ElPerúQueQueremos

Y nadie nos quitará lo pirateado (12)

Publicado: 2010-03-25

Hace un par de semanas hubo un evento sobre propiedad intelectual en la era digital.  Y en él hablaron, entre otras personas, Oscar Montezuma de Blawyer, Roberto Bustamante del Blog del Morsa y el director de cine Chicho Durant.  Es el floro de este último el que me dejó preocupado y me motivó a escribir un post tratando de darle algo de profundidad a su rollo.  Aquí un poco más de floro al respecto.

Durante su presentación el amigo Durant presentó lo que llamó "mitos acerca de la piratería".  El primero de ellos era que "los artistas y creadores se benefician de los ingresos de las películas" y por eso la piratería los perjudica.  Lean bien, el amigo director de cine Alberto Durant, responsable de películas como Coraje y El Premio, considera un mito que los artistas se beneficien de los ingresos que generan una película.  Y que en ese sentido, su posición es que la piratería no los afecta en lo más mínimo.

(Antes de que me suelten a los perros, insisto en que sí, que un artista puede manejar a la piratería a su favor para promocionarse y hacer dinero.  Pero ésa es la decisión del artista o de quien tenga los derechos sobre el material.  Que nosotros como consumidores decidamos sobre eso es injusto y lo perjudica.  Aquí abajo les explico por qué considero eso)

Aquí hay dos detalles.  Primero, digamos que es cierto lo que dice y que efectivamente los ingresos que genera una película no benefician en lo más mínimo a los artistas.  Que el guionista nunca ve un centavo, que los actores nunca cobraron nada.  Digamos que todo el dinero generado por una película se lo agarra el chofer de la camioneta.

Si ése fuese el caso, los ingresos potenciales generados por la película que los que microcomercializadores de los DVD pirata se estarían apropiando habrían sido percibidos no por artistas, sino por el chofer de la camioneta. ¿Hace eso la diferencia?

O sea, el que los perjudicados no sean artistas, sino empresarios o abogados o lo que sea, ¿lo justifica? No, pues.  No lo hace.  No importa a quién estés perjudicando.  El hecho es que hay alguien que invirtió su talento, su tiempo o su dinero y que él es el que debería percibir los ingresos que genera el proyecto cinematográfico.  No el microcomercializador de películas informales. Tampoco debería importar si el artista, abogado o empresario es nacional o extranjero.  Pero en fin, eso dejémoslo para otro día.

Aquí hay que aclarar una cosita.  La industria del cine sí genera utilidades.  Misias, pequeñas, pero sí genera utilidades.  Y esas utilidades serían mucho mayores si no hubiese piratería de DVD en la calle.  El Delfín fue vista en el cine (por gente que pagó su entrada, aunque a algunos les parezca sorprendente) por más de 400,000 peruanos.  Al final, el cine sí puede generar dinero si se hace bien.  Pero ok, ése es otro tema.  A mí lo que me interesa es dejar en claro que sí hay dinero de por medio y que los microcomercializadores de discos piratas sí se apropian de parte de esa torta.  Y que no importa a quién le debería corresponder, lo importante es que alguien invirtió algo (no necesariamente dinero), que hace que esa tajada le corresponda a él.

Segundo, ok, digamos que el amigo Durant se refería a que los artistas no ven un centavo de las utilidades, pero que reciben un pago fijo previo y nada más.  De hecho, yo tendería a pensar que ése es el caso en el Perú.  El amigo Durant en su presentación argumenta que si esto es lo que suceden, entonces no está mal piratear.  Saltándome la amoralidad de este argumento discutida en los párrafos anteriores, debo comentar que esto tampoco es cierto.

Un artista que es bueno, cobra cada vez más.  En la medida en la que uno se va haciendo conocido va a cobrar montos mayores.  En el imaginario de alguien frustrado con el mundo quizás esto sea difícil de aceptar.  Pero si esto no fuese cierto, no tendría ningún sentido invertir para nada en arte.  Se acabó.  Cierren la Charles Chaplin.  Clausuren la carrera de cine en todas las universidades, porque aparentemente uno siempre va a ganar igual, sin importar si uno no tiene experiencia en el campo o si ha estado produciendo por décadas.  Es más, no entendería por qué existen talleres para guionistas como éste o como éste.  Si uno siempre va a ganar igual.

No, pues.  Es falso que los artistas no se beneficien del éxito comercial de una película. Y es falso que uno no vaya haciendo nombre y ganando cada vez más, conforme dé en el blanco de lo que le gusta a la gente.

Oh, por supuesto que el sistema es injusto y que los artistas deberían ganar más.  Por supuesto que no solamente de criterios comerciales se debería regir el mercado del arte.  De eso no me cabe duda.  Por eso me la paso diciendo que el sistema actual está colapsado y que tiene que ser reemplazado por algo más.  Pero eso que lo reemplace tiene que ser justo en ambas direcciones.  No debe ser excesivamente caro para los consumidores.  Pero también tiene que representar una compensación justa para los que invierten tiempo, talento y dinero en generar el material.

Que copiarlo no cuesta nada.  Sí, ya me la sé.  Que el derecho a la cultura.  Sí, también ya me la dijeron.  Pero tenemos que respetar el principio de la justa compensación (que no necesariamente es en dinero) a los que inviertieron (no necesariamente dinero).

Si no, no tiene absolutamente ningún sentido Conacine o cualquier otra política de promoción de la industria del cine peruano.  Porque piensen.  ¿Para qué cuernos vamos a gastar dinero del Estado en financiar proyectos, cuyos retornos van a ser percibidos por informales? Es un pésimo uso de los recursos públicos.  Para eso mejor que la asociación de propietarios de puestos del Hueco sean los que hagan su fondo para subvencionar películas peruanas.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

No respondas a la pregunta que te hacen, sino a la que deseas que te hayan preguntado