Oh, ¿y ahora quién podrá defendernos? (5)
El día de hoy tuve la suerte de ir a la reunión de Intercampus titulada ambiciosamente "Reflexiones en torno al proyecto de Código de Protección y Defensa del Consumidor", lo que me devolvió a pensar acerca de ese proyecto de norma que andan promoviendo. Hablaron varios causas involucrados en el proceso de creación y promoción de este asunto.
Uno de los que hablaron fue un tal Francisco Fernández Fredes, magistrado del tribunal constitucional chileno y presidente de la comisión asesora presidencial para la protección de los derechos de las personas. Por lo que contó asumo que fue uno de los promotores del código de consumo con el que cuentan en Chile.
Mencionó que las Naciones Unidas en 1985 emitió unas directrices a sus miembros para que apliquen una serie de criterios en lo que a defensa del consumidor se refiere. Las he estado buscando en internet, pero no las he podido encontrar. Si alguien me juega los links, sería genial. Lo que sí he encontrado es que muchos países de América Latina han basado sus códigos de consumo en esas directrices.
Por lo que dijo Fernández, las Naciones Unidas partieron del supuesto de que hay que proteger al consumidor (no surprise there!), pero definiendo que éste también tiene deberes. Esto me pareció bastante interesante. Fernández lo explicó con varios ejemplos chilenos.
El tema parte del principio básico de que todo derecho conlleva un deber. Y en este caso, ok, el Estado te va a defender porque pobrecito tú. Pero tú también tienes que poner de tu parte. El Estado velará por la defensa del consumidor, pero a su vez el consumidor se debe comprometer a informarse, de tal manera que tome decisiones responsables. Pero otro compromiso que se supone que asume es a evitar tomar decisiones que perjudiquen a la economía.
Mencionó como ejemplo el compromiso a evitar establecimientos informales. En la medida en la que los establecimientos informales compiten en desigualdad de condiciones con los formales y los formales se están sometiendo a operar bajo el yugo del código del consumo, lo que al establecimiento formal le implica una serie de costos que termina asumiendo, el que el consumidor después vaya y compre en el establecimiento del costado que es informal y que no paga impuestos y que no se somete a ningún código... es una clara traición al pacto.
Que tengan en cuenta esto los promotores del proyecto de código de consumo que tenemos aquí. Porque eso implica que tan popular no terminaría siendo el código. Digo, con esto de que más del 70% de la economía es informal en el Perú.
Se dijeron otras muchas cosas muy interesantes. Otra que me llamó la atención salió de la boca de Walter Gutierrez, presidente de la comisión redactora del anteproyecto del código de protección y defensa del consumidor que he criticado en este post, en este otro y en este otro. Y en éste también.
(Recuerden, aquí nadie discute la necesidad de defender al consumidor. Aquí lo que estamos discutiendo es la mejor manera de hacerlo)
Resulta que para Gutierrez, el principio (y lo repitió: EL principio) de la propuesta es que se tiene que defender al individuo / al sujeto / a la persona ante todo (lo pongo con slashes porque a veces usó una palabra, a veces otra...). Y que según él, el individuo se manifiesta en el mercado en la forma de el consumidor. Por eso el código apunta a la defensa del consumidor por encima de todo lo demás.
Ahora, yo me pregunto, ¿los microempresarios son Morlocks? ¿El causa que me atiende en el kiosko todas las mañanas y que tan cordialmente me guarda el Caretas los jueves viene de Marte? ¿El taxista que me trajo hoy en la mañana y que me dio el servicio del transporte es hijo de algún dios griego y una mujer mortal? No entiendo. Si solamente los consumidores son personas, ¿qué somos los freelances? ¿En dónde quedan los autoempleados (gasfiteros, electricistas, etc)? ¿Va a inventar una nueva categoría? ¿Incluía un taxónomo la comisión que redactó esa código?
Pregunto, no más. La próxima vez que salga del país y llene el formulario en el aeropuerto, supongo que habrá un cuadradito nuevo para definirme como especie.