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Desempleo y todo lo demás (2)

Publicado: 2010-10-14

Con tanto alboroto alrededor un nobel de literatura que casualmente había nacido en territorio peruano se nos ha pasado mencionar el nobel de economía.  Y me parece que el de este año es relevante para el Perú, porque aborda una preocupación que la población identifica como uno de los principales problemas del país.

Según esta encuesta del IOP PUCP, el problema más apuntado como el que limita el desarrollo es la corrupción (55%), lo cual no debería ser una sorpresa si consideramos lo mucho que se esfuerzan nuestras autoridades para hacérnoslo recordar diariamente.  En segundo lugar (30%), el desempeño de los malos gobiernos.  Y en tercer lugar (28%) -por fin-, la falta de empleo.

Ahora, en el Perú quizás no deberíamos hablar de falta de empleo mismo, porque el porcentaje de peruanos que no trabajan en nada de nadaes relativamente bajo.  Al final del día, nos sabemos recursear de una manera u otra.  Lo que pasa es que no es empleo decente o adecuado.  O sea, son puestos de trabajo en el área informal o en condiciones deplorables.  En este comentario del IPE podrán ver cómo desde hace unos meses lo que el INEI considera "empleo adecuado" ha estado creciendo, lo cual es algo celebrable.  Pero claro, aún queda mucho tramo por recorrer.

En todo caso, ¿por qué le han dado el nobel de economía 2010 a Peter A. Diamond, Dale T. Mortensen y Christopher A. Pissarides? Estos señores han estado estudiando por años la dinámica del mercado laboral y por qué es que si a veces hay gente sin trabajo a un lado y empresas al otro que necesitan contratar gente, los mecanismos de mercado no son suficientes como para que la brecha se resuelva.

A esto los señores llaman "desempleo friccional" y se debe a una serie de razones.  Podría ser que el desempleado no conoce cómo se mueve el mercado y no tiene idea de cómo buscar puestos de trabajo.  Esto se puede solucionar fácilmente.  En algunos países el gobierno financia oficinas que se dedican precisamente a esto, de tal manera que un joven sabe a donde ir y ya el Estado se encarga de hacer el empalme.  En otros países esa intermediación la hace el mismo sector privado a través de empresas que te cobran por conseguirte trabajo.  En esa categoría entrarían las "services", contra las cuales rajó a muerte el actual presidente durante la campaña política que lo llevó a ganar esas elecciones.  Definitivamente hay que regular esa industria, pero son un mal necesario mientras el Estado no asuma ese rol.

Otro problema que comentan los ganadores del nobel tiene que ver con esa situación en la que una actividad productiva está cayendo y otra está surgiendo.  Los despedidos de la que cae se friegan, porque sus habilidades y su capacitación no necesariamente es apta para trabajar en las empresas que están en el mercado que está creciendo.  Alguien tiene que asumir los costos de entrenamiento de esos trabajadores.  Nuevamente, si nadie los asume, se mantiene ese desempleo friccional.  Los podría asumir el Estado, con programas de capacitación de trabajadores, como por ejemplo el programa Revalora Perú del Ministerio de Trabajo, que  busca "reconvertir" a los trabajadores de una industria a otra, para que puedan encontrar chamba en otro lado.  Ahí lo que no me queda claro es cómo deciden en qué hay que capacitar a la gente y con quién lo consultaron.

Éste es un rollo eterno de los empresarios, dicho sea de paso.  Varios gremios en el pasado se han quejado de que ellos tienen que asumir esos costos entrenando a los trabajadores con su plata.  Sobre todo los textileros, que requieren de habilidades bastante específicas que nadie solía brindar.

Pero en fin.  Programas como Revalora Perú o como ProJoven (el de antes, no la sombra actual de lo que alguna vez fue) son buenas iniciativas.  Claro que por el momento son insuficientes para luchar contra un problema tan grande y complejo.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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