Hace un par de semanas escribí un par de posts sobre la lamentable situación en la que se encuentra el Movimiento Scout en el Perú y apunté a los que serían los responsables.  En este país esta vaina está a cargo de la Asociación de Scouts del Perú (ASP), institución que se encuentra bajo el control de un grupo de personas que no son las idóneas y que prefieren negar las tendencias modernas de la educación antes de dar marcha atrás a las reformas que pretendieron impulsar y que no están dando resultados.  Esto, combinado con su pésima actitud hacia la crítica -que linda con la privación de la libertad de opinión-, da como resultado que los dirigentes con preparación y prestigio se vayan.  No debe sorprender, entonces, que mientras la ASP tenga cada año menos inscritos, vayan apareciendo otras instituciones paralelas que buscan aplicar el método scout fuera de la influencia de una organización que simplemente no quiere avanzar.

Para que se hagan una idea de lo radicales que son en su represión a las opiniones divergentes, chequeen esto.  Como les comentara alguna vez, los comisionados locales son elegidos para representar a los grupos scouts, que son los que al final organizan las mismas actividades semanales y los campamentos y las caminatas y todo eso.  Es decir, la ASP simplemente no puede operar sin los grupos couts.  Y su relación con estos grupos es a través de estos comisionados locales elegidos democráticamente para representarlos (idealmente).

Pues bien.  La ASP tiene una mecha eterna con estos comisionados, porque espera que ellos empujen medidas y exigencias que no siempre son bien recibidas por los grupos, que como están en el campo reconocen qué tiene sentido y qué no.  Y la ASP, que en muchas ocasiones le encarga el diseño de estas iniciativas a gente de confianza suya antes de buscar al mejor capacitado para hacerlo, en vez de recoger el feedback de estos comisionados, busca siempre amenazarlos o escarmentarlos para que hagan lo que se les ordena.

Aquí un ejemplo.  Desde hace un tiempo la ASP tiene este problema con la SUNARP.  Y sinceramente no sé los detalles.  La ASP tiene su versión, la cual por supuesto le asigna toda la responsabilidad de esto a alguien más.  Quién sea.

Mientras tanto, en el Salón de la Justicia...

Hay un boletín digital que mandan unos ex-dirigentes llamado Logros y Metas.  Lo mandan por email y , entre otras muchas cosas, ha estado tratando este asunto.  Concuerdo con ellos en que es un error que no se comunique a los dirigentes scouts que aún operan en el Perú el problema legal que hay actualmente.  Logros y Metas, independiente hecho por gente que creo que ni está inscrita actualmente en la ASP, manda por email información y opiniones de distintas personas que aportan a su discusión (abogados, previas autoridades, etc.).   Como es natural, muchos insatisfechos con la situación de las cosas andan exigiendo que los actuales mandamases de la ASP renuncien para iniciar un proceso de recuperación de la institución.  Esto, por supuesto, no le gusta para nada a quienes están actualmente a cargo de la ASP, también conocidos como "los culpables de todo".

En un clásico acto de respuesta represiva, el Jefe Scout Nacional -uno de estos- le manda la siguiente carta al Presidente del Consejo Directivo -otro de estos-.  Dicho sea de paso, el Jefe Scout Nacional es nombrado por el Consejo Directivo, del cual es miembro.

Ojo al penúltimo párrafo.  Aquí lo reproduzco, por si acaso.

Por lo tanto (...) solicito que a la brevedad posible se adopten las medidas que permitan frenar estos excesos que empañan las buenas relaciones que deben primar entre los integrantes de organizaciones como la nuestra.

Hm... ¿Dónde he visto eso antes? Eso de considerar toda crítica como una ofensa y buscar sancionar sin dar sustentos o argumentos.  Atacar al periodismo, lamentar que no sea responsable o noble, acusarlo de manipulador, etc.  Y como podrán ver en la carta, está la apreciación del Jefe Scout Nacional, pero no hay ejemplos ni muestras de las supuestas ofensas.  Solamente su opinión al respecto y la petición de que se sancione a alguien que está haciendo uso de su libertad de expresión.