Ya lo había comentado antes, pero el plan de gobierno del amigo Ollanta es la pesadilla de todo comentarista político.  Está desordenado, no guarda un orden funcional y es terriblemente repetitivo.  La amiga @menoscanas está de acuerdo conmigo.  Pero además, y creo que esto es lo más preocupante, está lleno de imprecisiones.  A este plan de gobierno -y si uno ha leído a sus autores previamente, sabrá que no es nada nuevo- le encanta negar la existencia de tendencias o de procesos que no les gustan.  Por ejemplo, dicen que "no existe una reforma fiscal que le permita al Estado tener mayores recursos y distribuir mejor y más equitativamente la riqueza que todos los peruanos producimos".

Lo cual, por supuesto, es mentira.

Por supuesto que lo hay, lo que pasa es que es un proceso lento o no es efectivo o no te gusta.  Pero de que lo hay, lo hay.  De hecho, a mí también me parece que la reforma fiscal actual deja mucho que desear.  Pero entre decir que algo que existe está mal hecho y decir que no existe hay mucho trecho.  Sobre todo si se considera que al que redactó este plan de gobierno, que se supone que es  es un científico social, no debería hacer falta hacerle esta aclaración.  Me parece pertinente este comentario porque, como les expongo más abajo, esta visión los lleva a plantear la creación de herramientas o de instrumentos que ya existen, lo que duplicaría funciones dentro del Estado.  En vez de plantear "hacer A bien", plantean "dejar funcionan A -con el costo que eso implica- y crear B para hacer lo que debería estar haciendo A".

Pero a ver.  Es la educación lo que nos reúne, así que centrémonos en eso.  La educación está en todo para los nacionalistas.  Su baja calidad es en parte consecuencia de la orientación al comercio exterior de la economía, pero también evidencia de la débil voluntad política de nuestros dirigentes, será parte de su estrategia anticorrupción, parte de su estrategia de seguridad ciudadana, parte de su estrategia de reducción de informalidad y será piedra angular en el planeamiento de las telecomunicaciones, así como requisito en las comunidades cercanas a recursos naturales para su explotación.  En ese sentido, es como la Fuerza, que está en todo.  Aunque no sé si también lo quieran medir en midiclorians.

Un detalle que me preocupa -o me preocuparía, si es que considerara que tienen alternativa de ganar- es que en varios puntos del plan de gobierno plantean que está mal que la educación sea un negocio.  No sé si estén enterados los señores autores de este plan, pero los colegios privados reportan mejores resultados que los públicos.  Ahí el problema es que entre los colegios privados, hay algunos malintencionados que no ofrecen un servicio de calidad y hay que aprender a identificarlos para cerrarlos.  Pero les cuento que su candidato presidencial, el sr. Ollanta Humala, fue a un colegio privado, al igual que todos sus hermanos.  Y que lo más probable es que su hija recién nacida termine estudiando en uno privado también.

En todo caso, un detalle positivo de este plan es que al igual de un par de los que ya he comentado, plantea la necesidad de afinar más la educación técnica y superior a los requerimientos del mercado.  En esto ahondan luego en la sección dedicada a la educación y de hecho es algo que el país necesita urgentemente.

En fin. Todo esto es lo que tengo que decir ANTES de llegar a la sección dedicada a la educación.  En la página 164 se inicia el capítulo 7.2. Por los derechos fundamentales, con la sección 7.2.1. Educación de calidad para todos.  Sección que abarca cinco páginas y media.

Este plan de gobierno arranca con que la "revolución educativa" tiene que partir de un acuerdo social que incluya a todos.  Ahí no más ya estamos en problemas, porque el que ha estado prestando atención debe de haberse dado cuenta de que llevamos media década tratando de ponernos de acuerdo con respecto a los detalles de la reforma educativa y no hemos podido.  Así que si antes de mover un dedo plantea que todos tenemos que estar de acuerdo (maestros, directores, padres de familia, etc), estamos en problemas, porque nunca nunca haremos nada -que caray, qué casualidad, beneficia a un grupo reducido de individuos-.  No olvidemos que dentro de la gran maraña que es nuestro profesorado público hay docentes comprometidos que sí están aliniados y docentes acomodados que lo único que quieren es mantener sus derechos adquiridos, sin contemplación por la baja calidad de la educación en el país (todos los hemos visto por televisión en las marchas).

Por ejemplo, este plan de gobierno patea el tablero del principio de la meritocracia, que es un concepto que está relativamente presente en todos los demás planes de gobierno y que es una idea en la que están de acuerdo prácticamente todos.  Este plan de gobierno dice que al cuerno, le subiremos el sueldo a todos por igual -ya no diferenciando por rendimiento o por resultados-.  Total. ¿Ya no estábamos de acuerdo con respecto a eso? Pues, no retrocedamos cinco años al pasado a revisar una decisión que se suponía ya gozaba de respaldo.

Pero en fin, digamos que por un milagro whoiano todos nos ponemos de acuerdo y algo se puede hacer.  Aquí están los objetivos del plan de gobierno nacionalista.

Objetivo 1:    Oportunidades y resultados educativos de igual calidad para todos.

Objetivo 2:    Estudiantes e instituciones que logran aprendizajes pertinentes y de calidad.

Objetivo 3:    Maestros bien preparados que ejercen profesionalmente la docencia.

Objetivo 4:    Una gestión descentralizada, democrática, que logra resultados y es financiada con equidad.

Objetivo 5:    La educación superior de calidad se convierte en un factor favorable para el desarrollo y la competitividad nacional.

Objetivo 6:    Una sociedad que educa a sus ciudadanos y los compromete con su comunidad.

Me parece que el objetivo 1 tiene un error de planteamiento.  El Estado se puede comprometer a darle igualdad de oportunidades para todos.  De hecho, en una economía de libre mercado, es obligación del Estado hacer precisamente eso. ¿Pero igualdad de calidad? ¿Y eso? Me disculparán, pero suena raro, ¿no? Porque consideren solamente el inmenso e indescriptible universo de los colegios públicos.  Hay algunos que tendrán mejores resultados por una serie de factores.  Es más, predecir esto es tan, pero tan complicado, que la gente de la OECD aun lo están mapeando con su evaluación periódica PISA.  El rendimiendo puede depender de, uf, infinidad de factores.  Hace un par de años hice un resumen de esto en otro blog.

Los objetivos 2, 3, 4, 5 y 6 son indiscutibles.  Lo interesante sería saber cómo los pretenden alcanzar.  Porque lo que viene después de los objetivos son compromisos y líneas de acción transversales.  O sea, en ningún lugar dicen específicamente cómo piensan lograr el objetivo 4, que a mí me interesaría saber.

Con respecto a sus propuestas para la educación universitaria... Tiene buenas cosas, de hecho.  Pero hay algunos detalles que me parecen demasiado.  O sea, las carreras universitarias hoy en día son bien distintas unas de las otras, como para que desde Palacio de Gobierno se decida cómo es que deben armarse los planes de estudio.  Por ejemplo, ¿obligar a las universidades a tener un año de estudios generales? Eso tiene sentido para algunas carreras, pero no para todas.

Otra cosa, dicen que se creará un fondo para fomentar la investigación.  Pero a ver cómo hacen.  Parte del canon minero se queda en las universidades locales para que hagan investigación, precisamente.  Pero no se ofrece por mérito o por proyecto, sino en porcentaje por universidad que existe.  Nuevamente, por no ser meritocrático, sucede lo ineficiente.  Las evaluaciones que se han hecho han arrojado que la mayoría de estas universidades han usado ese dinero para cualquier cosa menos para investigar.  Entonces, nuevamente, no se trata de crear OTRO FONDO más, sino de administrar correctamente lo que ya hay. ¿Y cómo lo van a hacer? Pucha, ni idea.

En fin.  Este post me ha salido algo largo, pero es que este plan de gobierno era bastante complicado de digerir.