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La tecnología del siglo XXI (15): El hermoso recurso del spam

Publicado: 2011-04-19

Entenderán que en estos días de elecciones y de rumores y de verdades a medias y de desinformación no haya tenido tiempo para labores tan mundanas como limpiar el inbox de algunas de mis cuentas de correo electrónico.  Y es que no sé cómo harán ustedes, pero yo tengo varias cuentas que manejo por temas.  Este fin de semana que he estado limpiando una me ha llamado la atención la pésima política del Centro de Postgrado de la Universidad del Pacífico que me ha fichado aparentemente como su cliente ideal, porque se ha dedicado a mandarme spam hasta por gusto.

Ahora, lo que me preocupa es que, hasta donde yo tenía entendido, esta nueva herramienta del spam tenía dos caminos: A. La del caballazo, de mandarle de todo a todos los que puedas, para ver si alguien cae.  A lo bruto bestia.  O sea, vas a Wilson, te compras una lista de millones de emails comprobados y comienzas a mandar como condenado emails a todos, a gente que podría estar interesada, a gente que no lo va a estar, a gente que ni lo va a ver, a gente que ya está haciendo su postgrado en otro lado, etc, etc.  Como digo, al caballazo. B. La del cirujano, de mandarle exactamente el dato al que sabes que lo va a valorar.  Digo, con todas estas herramientas de redes sociales y si te interesa un pucho el tiempo de tu público, te tomas la molestia de cruzar información y perfilar esa persona que sabes que estará más interesada en tu mensaje.

Por supuesto que una de éstas es propia de un cavernícola que se acaba de enterar lo que es internet y se emociona porque está aplicando criterios obsoletos de marketing.  La otra es la de un causa conectado al siglo XXI más respetuoso del tiempo ajeno.

Ahora, chequeen lo que me ha estado pasando la gentita del modernísimo Centro de Postgrado de la Universidad del Pacífico ("ífico-ífico-ífico...").  El primer mail de la camada me invita a esta charla informativa sobre su maestría de finanzas.  Así que digamos que según ellos tengo un interés en eso de lo que ando rajando a mil por hora.

Ahora, no solamente YA tengo un postgrado, lo que me hace un cliente menos probable de esta vaina, sino que odio las finanzas.  Ahora, que les interesa en lo más mínimo cuáles son los temas que me llaman la atención me queda claro por los dos siguientes spams que me mandan.  El primero de ellos es una invitación a un diplomado de derecho ambiental minero.  Aquí el jpg del cliente feliz y satisfecho, pero con su casquito.  Abogados con la cabeza protegida por plástico reforzado, justo lo que necesitábamos.

Y no contentos con apelar a mi odio a las finanzas y mi desprecio por los abogados que usan casco (y corbata que seguramente no combina con el color del casco...), al rato me mandan otro spam más, en el que promueven su programa de MBA.  Pero este nuevo spam tiene la particularidad de incluir testimonios de clientes satisfechos.  Denle una chequeada.

Entonces, la duda que me queda de leer sus testimonios es la siguiente: Dime, Maricarmencita, ¿tú respaldas esta estrategia de bombardear los inbox de nosotros, humildes ciudadanos que no queremos tener nada que ver con el Centro de Postgrado de la Universidad del Pacífico? ¿Sí?

Hagamos un trato, amigos del Centro de Postgrado de la Universidad del Pacífico.  Llevo tu curso más barato (no me importa de qué sea) y ustedes dejan en paz mis cuentas de correo electrónico. ¿Qué tal suena eso?


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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