#ElPerúQueQueremos

Y el 2011 no es electoral (13): Qué bonito es dejarse manipular

Publicado: 2011-06-03

El pata de la foto se llama Joseph Goebbels y era un miserable.  Se trata del propagandista de Hitler.  Originalmente fue periodista, pero terminó de diputado en 1928.  Cuando Hitler subió al poder, lo nombró ministro de instrucción pública y propaganda.  Para muchos fue uno de los hombres más poderosos del Tercer Reich.  Este maldito fue el que ideó las campañas contra los judios y contra la Iglesia Católica que demostraron que era un maestro manipulando a la población y que tenía un altísimo talento para persuadir a la gente de lo que sea.  Él y sus películas y su maraña de productos mediáticos mantenían al pueblo alemán total y completamente convencido de que estaban ganando la guerra, incluso cuando la derrota ya era inevitable.  Para que se hagan una idea de lo inhumano que era, cuando los aliados estaban ya entrando a Alemania y la Segunda Guerra Mundial ya se estaba acabando, Goebbels se fue con su familia a un bunker y los envenenó a todos.  Y se suicidó él también.

A continuación van a ver un listado de los 19 principios que según Leonard Doob aplicaba Goebbels hace casi un siglo y que, como verán, se siguen aplicando hoy en día.  O por lo menos, bien que lo quieren aplicar.  Por suerte que ahora somos un público más sofisticado y no caemos en cuentos tan simples.  Se supone.

Las negritas las he añadido yo por ninguna razón en especial.

Los propagandistas deben tener acceso a la información referente a los acontecimientos y a la opinión pública.

La propaganda debe ser planeada y ejecutada por una sola autoridad.

Las consecuencias propagandísticas de una acción deben ser consideradas al planificar esta acción.

La propaganda debe afectar a la política y a la acción del enemigo. A.- Suprimiendo el material propagandístico capaz de facilitar al enemigo informaciones útiles. B.- Difundiendo abiertamente propaganda cuyo contenido o tono conduzca al enemigo a sacar las conclusiones deseadas. C.- Incitando al enemigo a revelar informaciones propias de carácter vital. D.- Absteniéndose de toda referencia a una actividad que perjudique al enemigo cuando ella pudiera desacreditar tal actividad.

Debe haber una información no clasificada y operacional a punto para completar una campaña propagandística.

Para ser percibida, la propaganda debe suscitar el interés de la audiencia y debe ser transmitida a través de un medio de comunicación que llame poderosamente la atención.

Solo la credibilidad debe determinar si los materiales de la propaganda han de ser ciertos o falsos.

El propósito, el contenido y la efectividad de la propaganda enemiga, la fuerza y los efectos de una refutación, así como la naturaleza de las actuales campañas propagandísticas determinan si la campaña enemiga debe ser ignorada o refutada.

Credibilidad, inteligencia y los posibles efectos de la comunicación determinan si los materiales propagandísticos deben ser censurados. A.- A menudo la censura podía deteriorar la credibilidad y consideraba que: "en tiempos de excitación y de tensión, el hambre de noticias debe ser satisfecho como sea". B.- La censura era invocada cuando la información concerniente a la culminación de un hecho era insuficiente. C.- La censura era aplicada cuando se creía que el conocimiento del hecho podía producir una reacción indeseable en sí misma.

El material de la propaganda enemiga puede ser utilizado en operaciones cuando ayude a disminuir el prestigio de ese enemigo o preste apoyo al propio objetivo del propagandista.

La propaganda negativa debe ser empleada con preferencia a la positiva cuando ésta última sea menos creíble o produzca efectos indeseables.

La propaganda puede ser facilitada por líderes prestigiosos.

Los jefes sólo eran útiles cuando tenían prestigio.

La propaganda debe estar cuidadosamente sincronizada. A.- La comunicación debe llegar a la audiencia antes que la propaganda competidora. B.- Una campaña propagandística debe comenzar en el momento óptimo. C.- Un tema propagandístico debe ser repetido, pero no más allá del punto en que disminuya su efectividad.

La propaganda debe etiquetar los acontecimientos y las personas con frases o consignas distintas. A.- Deben suscitar las respuestas deseadas que la audiencia posee previamente. B.- Deben poder ser aprendidas con facilidad.  C.- Deben ser utilizadas una y otra vez, pero sólo en las situaciones apropiadas.

La propaganda dirigida a la retaguardia debe evitar el suscitar falsas esperanzas que puedan quedar frustradas por los acontecimientos futuros.

La propaganda en la retaguardia debe crear un nivel óptimo de ansiedad.

La propaganda dirigida a la retaguardia debe disminuir el impacto de la frustración. A.- Las frustraciones inevitables deben ser previstas. B.- Las frustraciones inevitables deben ser planteadas en perspectiva.

La propaganda debe facilitar el desplazamiento de la agresión, especificando los objetivos para el odio.

Por supuesto que esto era de un país lejano, en un tiempo pasado.  Para nada aplicable a nuestra realidad actual. ¡Buena suerte el domingo!


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

No respondas a la pregunta que te hacen, sino a la que deseas que te hayan preguntado