Y el 2011 no es electoral (16): Entrando por la puerta grande
A estas alturas ya todos comentaron el mensaje a la nación que dio el amigo OH. Aquí algunos comentarios sueltos que seguramente ya ni aporten nada al debate, pero que de todas maneras los cuelgo, porque los tengo atracados en el tintero.
Primero, ¿constitución del 79? ¿En serio, amigo OH? Por supuesto que no. Este detalle y la ausencia de cifras en su mensaje me hacen pensar que el texto se lo escribió un conocedor de la comunicación política. Lo que en inglés se llama un "spin doctor". Alguien que al propósito te mete elementos al mensaje para distraerte. Porque con ese floro ha distraído por completo a analistas y comentaristas y congresistas, de tal manera que no se está discutiendo el verdadero problema de fondo de todo lo que dijo.
Jurar por los principios y los ideales de la constitución del 79 no tiene nada de malo. Igual es algo abstracto -regla básica del spin doctor: no digas nada concreto nunca-. Pero con eso polarizó de inmediato a la audiencia. La amiga Martha Chávez entró en trompo y como decían en el twitter, poco le faltó para que baje la escalera del Congreso haciendo el pase de la araña del Exorcista. Jugada maestra, porque distrajo por completo a los fujimoristas, dándoles en uno de los puntos que más les duele, mientras que hacía que los apristas aplaudan. O sea, oposición dividida por lo menos por lo que duró el mensaje.
Pero además, porque los que estaban comentando en vivo el mensaje, como Rosa María Palacios o Santiago Pedraglio, le dedicaron buena parte de su tiempo al aire a hablar de si está bien o si está mal o si se puede o etc, etc. Pero no de la repetición de ofrecimientos y otros elementos más preocupantes.
En ese sentido, concuerdo en que la inclusión de la mención a la constitución del 79 es una jugada maestra. Y que le sirvió bastante bien en ese sentido. A él. Pero para nosotros es perjudicial, porque nos aleja de un análisis más serio de lo que se tiene que discutir (nos tiene hablando de algo que no viene al caso). Y porque polariza a las fuerzas políticas. El Congreso va a ser un campo de batalla en estos cinco años. Si empiezan así, se acelera el deterioro de las relaciones hacia adentro del Poder Legislativo.
Segundo, la ausencia de cifras. Alan García y Alejandro Toledo nos tenían acostumbrados a mensajes a la nación con cifras en sus ofrecimientos y en sus retóricas. Y la verdad es que en el mundo eso no se recomienda a los políticos por una serie de razones. La más importante de todas es que te vuelves más fácilmente fiscalizable. Se tiene una cifra que después te pueden arrojar en la cara cuando no la cumplas. En cambio, si simplemente dices que lucharás por reducir la pobreza o por la inclusión social, nadie luego te puede decir nada, porque en fin, luchaste. Si eso fue efectivo o no, es otra cosa.
De hecho, si se fijan en la nube de tags del discurso de OH (cortesía del facebook page del Utero), verán qué palabras son las que se repitieron más. En un discurso de Alan, las que sobresalían eran "millones" o "miles".
Tercero, ya no recuerdo quiénes dijeron que lo mejor de este discurso es que no había sorpresa. Y creo que es cierto, a medias. En cierto sentido, ha sido una repetición de muchos de los ofrecimientos que ya hemos oído durante la campaña. No hay nada nuevo ahí. El problema, creo, es que muchas de las promesas que ha hecho OH durante el periodo electoral son contradictorias. En este discurso parece haber escogido el "greatest hits" o lo que tendría más pegada en el público.
Porque, por ejemplo, dijo que "fomentaremos una economía nacional de mercado abierta al mundo que haga realidad nuestro compromiso de crecimiento con inclusión social y democracia", pero también dijo que "fortaleceremos el SIMA y Enapu como empresas eficientes". Ya, esas dos cosas son incompatibles. Enapu ha tenido en sus manos el puerto del Callao por décadas y ha dependido de ella y de nadie más que de ella por muchos años la inversión y modernización de ése y los demás puertos del país y nos dejaron con un atraso de medio siglo. Que los principales puertos ya no dependan de Enapu es una bendición que costó mucho trabajo y que ha traído mucho costo político. Dar marcha atrás en eso no tiene ningún sentido y perjudica al comercio exterior, que es el que tiene que pagar los sobrecostos que genera estar cargando con una empresa pública que simplemente nunca ha sido eficiente y nunca podrá serlo.
En ese sentido, cierto que no hay nada nuevo en contenido. Lo nuevo es que el amigo OH está comenzando a discriminar entre las pilas de promesas que hizo.
Cuarto, los dos grandes retos que me parece que le quedan al amigo OH y por los que podría pasar a la historia serían la inclusión social sin perjudicar el crecimiento económico y viabilizar la descentralización. Sobre la inclusión hay que recordar que en toda la historia de la humanidad, los países que han salido de la pobreza primero aseguran su crecimiento económico (check!), luego comienzan a reducir la pobreza (check!) y después aplican medidas para luchar contra la exclusión (...eso es lo que falta). A Toledo se le tiene que reconocer que consolidó las reformas que necesitábamos para que la economía se pare. Alan cosechó eso y las reformas que venían de antes y vio que la pobreza se reducía mientras dejaba a Palacio de Gobierno en autopiloto. Si OH cumple con reducir la exclusión, estaríamos dando el siguiente paso que todos esperan que demos. Pero para eso no debe perjudicar lo trabajado (o sea, los dos pasos anteriores). Como por ejemplo, ¿Enapu? ¿En serio? Nadie que haya exportado o importado por el Callao cuando los muelles norte y sur dependían de Enapu se la va a creer. Y si te la crees, busca al tío que vio cómo era esa vaina hace 10 años.
Con respecto a la descentralización, la va a tener difícil. Pero es uno de los grandes obstáculos al progreso en distintos sentidos. Sobre eso, más en otro post.