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Siempre listos para echarlo todo a perder (9): Mi reino por una bandera

Publicado: 2011-08-08

En este blog ya he escrito antes de cómo la Asociación de Scouts del Perú (ASP) es un ecosistema representativo de la inmadurez política del país.  Alguna vez ya comenté acerca de cómo, por ejemplo, por conflictos internos la organización no se ha podido registrar formalmente en la Sunarp, lo cual trae una serie de problemas de funcionamiento que se solucionarían si la cúpula que está en este momento en control de la ASP quisiera.  Y de cómo esa cúpula lamentablemente tiene una total y clara intolerancia a la crítica, que imposibilita el diálogo para tratar de solucionar la situación.  A pesar de intentos por tratar de devolverle algo de legitimidad a la organización.

Una dimensión más de este pésimo liderazgo es el centralismo con el cual se manejan las cosas actualmente.  Por ejemplo, chequeen cómo este dirigente de Urubamba se queja acerca de cómo se toman decisiones en Lima sin consultar a los que conocen mejor las realidades en las que se aplicarán esas decisiones.  O por último, sin consultar a los que lo ejecutarán a lo largo y ancho del territorio nacional.

O si no, chequeen este roche que ha saltado hace poco en Arequipa.

Hace unas semanas me hicieron llegar la foto que ven aquí arriba.  Verán, en los scouts, la última etapa (clan) es de entre 16 a 21 años y es de lejos la más paja.  Esto básicamente porque ya no son tan chibolos y pueden hacer actividades mucho más fuertes y mucho más exigentes.  Además, porque se supone que ellos mismos se organizan sus actividades -bajo supervisión de adultos-, lo que les permite hacer básicamente el tipo de caminata o de campamento o de actividad social que ellos quieren.

En el Perú esa etapa está muy descuidada.  Tanto así que ni siquiera hay definido un proceso de capacitación para los adultos que se dedicarán a ser sus dirigentes.  Ni si quiera hay un listado oficial de temas que se deben tratar a lo largo del año.  No hay manual a seguir -se usa uno que viene de Chile- y apenas se hacen actividades oficiales orientadas a estos chicos.  En ese contexto, la ASP debería celebrar cada vez que hay alguna iniciativa puntual por hacer algo al respecto.

Pues no.  Una de las características de un sistema déspota es que debe intentar mantener el control centralizado de lo que se haga.  Por eso cuando en Arequipa se formó la UCLA (Unión de Clanes de Arequipa), esto no fue muy bien visto por los poderes que son en la ASP.

El UCLA viene funcionando desde hace cinco años.  Está compuesto de chicos que han sido scouts en distintos colegios y parroquias de Arequipa.  Este grupo ha participado en distintos eventos nacionales e internacionales y se mantiene activos, además, realizando actividades sociales y organizando reuniones y juegos para scouts de menor edad.  De hecho, por esto último es que no se han podido inscribir oficialmente en la ASP.  Y es que si sus miembros se inscriben como miembros del UCLA, luego no pueden ser formalmente dirigentes en otros grupos para scouts de edades menores.  Pero hey, esto no debería ser un problema en una organización que ella misma no ha podido inscribirse ante la entidad del Estado correspondiente por conflictos internos.

Hace unos meses la autoridad de la ASP para Arequipa convocó a una reunión y les comunicó que el UCLA no puede existir si sus miembros además son dirigentes en otros lados, por lo que éste tiene que cerrar.  Esto ha llevado a un interesante conflicto, en el que los chicos mismos se rehúsan a dejarse presionar, han seguido realizando sus actividades y se han seguido reuniendo.

Como ya dije arriba, los que están en control de la ASP consideran todo cuestionamiento como un acto sancionable de rebelión (de hecho, miren cómo desde Estados Unidos se critica esta actitud y se recomienda al presidente de la ASP que renuncie), por lo que por supuesto que esto no podía ser permitido.  Y se procedió al amedrentamiento correspondiente.

En una ceremonia oficial de hace unos meses desapareció una bandera y se acusó sin prueba alguna de esto a uno de los miembros de la UCLA.  En una clásica maniobra de la cúpula actual de la ASP, se amenaza primero con expulsar de la organización al supuesto responsable y luego se solicita que se separe de la ASP a todos los que están en la foto.  Todo esto sin prueba alguna, por supuesto.

Como ya ha pasado en otras ocasiones, el conflicto que se genera hace que otros dirigentes que sí quieren llevar las cosas con tranquilidad se alejen y sigan haciendo las cosas por su cuenta.  Es decir, el resultado es contraproducente.  Ya en otra ocasión escribí de cómo mucha gente prefiere separarse y formar su propia organización de scouts, antes de seguir tolerando estos arranques.

Es más, en otra clásica maniobra de los que están a cargo de la ASP, el encargado en Lima de velar por el tema de los clanes -otro cargo de confianza elegido a dedo- resta importancia a lo sucedido y responde preguntando "¿qué es lo que los hace tan unidos?", en vez de abordar el problema para intentar solucionarlo o llamar al diálogo o qué sé yo.  Y es que dejar pasar siempre es la mejor política, tengo entendido.  O cambiar de tema cuantas veces haga falta.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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