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La comunidad del blog (18): La discusión de altura, se supone

Publicado: 2011-09-22

A veces me sucede que estoy discutiendo un tema económico y la persona con la que estoy hablando olvida que la economía es una ciencia.  Y que como tal, está sujeta a las reglas de la discusión científica.  Por ejemplo, tienes que tener evidencia para poder decir algo, esa evidencia tiene que ser creíble, una conclusión siempre va a poder ser retada con nueva evidencia, etc, etc.  El problema viene cuando uno está hablando con alguien que se basa en prejuicios y saca conclusiones sobre la base de esos prejuicios y que para continuar la discusión uno tiene que retroceder a retar esos prejuicios.

Esto, que en el ámbito académico es de lo más normal, para alguien que simplemente no sabe debatir es una molestia.  Porque una vez que ya te explicaste para ti mismo algo, que venga alguien a amenazar esa estructura mental que te da tranquilidad y estabilidad en tu universo es una angustia, porque te mueve el suelo.  Y créanme, hay gente que preferiría comer vidrio molido antes que aceptar que algo que toma como dogma es cuestionable.  Solamente piensen en los analistas o comentaristas que son descalificados en las redes sociales por alguna vez supuestamente haber trabajado para tal presidente o por alguna vez haber dicho algo ofensivo a un grupo minoritario de la población (con lo cómodo que es descalificar a alguien por un detalle cualquiera).  Cuando te hayas quedado sin dedos para contar seguramente verás a lo que me refiero.

De hecho, puede resultar ser frustrante, porque en muchas oportunidades -y esto se evidencia constantemente en twitter a la enésima potencia-, una persona quiere discutir A y solamente A y nada más que A.  Pero sus conclusiones con respecto a A están comprometidas porque cree B, que no necesariamente es cierto.  Dejar de hablar de A para pasar a explorar la veracidad de B puede toparse con seria resistencia por parte de esa persona que no está dispuesto a cuestionar B, porque B le permite toda una serie de bellas y convenientes conclusiones.

Un problema mayor viene cuando estamos hablando de medidas económicas que tendrán un impacto directo en nuestras vidas diarias.  Algo de eso lo comenté en este otro post.  Y es que peor aun que tener un séquito de críticos que están cuestionando todo lo que haces es no tener ni un solo crítico, porque en ese caso no te vas a enterar de que echaste todo a perder sino hasta que ya no tengas nada que perder.  Y como en este caso estamos hablando del país entero, debería preocupar mucho más que no haya en este momento oposición.  Está bien, puede intimidar el nivel de popularidad del presidente actualmente (algo que el amigo Alfredo Torres explica en este post).  Pero la oposición es necesaria para que la democracia funcione.

No olvidemos que la naturaleza siempre encuentra su camino.  Si los partidos políticos no cumplen esa función, la sociedad generará agentes que lo hagan en su lugar.  Quizás eso pueda sonar bonito, considerando la baja credibilidad de nuestros partidos políticos.  Pero el que la oposición la ejerzan solamente "analistas independientes" no es tampoco un escenario ideal.  El amigo Jorobado lo comenta en esta columna.  Esta situación genera una serie de cuestionamientos adicionales que comprometen la discusión.  Por ejemplo, que puede haber un serio conflicto de interés, en el sentido en el que un analista puede estar haciendo bulla por hacerse publicidad a sí mismo para su business de consultoría.  Pero así con todo, eso es preferible a no tener nada.

Otro problema es que no necesariamente los analistas que salen a discutir saben discutir.  Eso en mi opinión se ha hecho totalmente evidente en el escenario post-elecciones.  En un país civilizado, un analista que apoyó a un candidato está con ese candidato.  Esa idea de que se vale hacer borrón y cuenta nueva en momentos convenientes es terrible, porque fomenta la irresponsabilidad a la hora de hacer el análisis.  Que digas que apoyaste al amigo Humala "solo para las elecciones" y que ahora te pongas a criticar elementos de su plan de gobierno que durante la campaña defendiste... Lo siento, eso es inconsistente e irresponsable.  Pero si quieres hazlo, yo no tengo problema.  Eso sí, no te ofendas cuando alguien te lo mencione.  Mínimo.

Al respecto, me pareció amena la discusión que pretenden tener De Althaus y Gorriti con respecto a la erradicación de la coca.  Éste es un tema del cual sé sinceramente poco y del cual me interesa leer a gente que asegura saber del asunto.  Pero pucha, después de ver dos minutos de este par, mi interés por este video dejó de ser completamente la erradicación de la coca para pasar a ser la naturaleza misma del debate.  Chequeen.

O sea, por un lado, el amigo De Althaus tiene su data y no se preocupa por cruzarla con nada más, lo cual ya es criticable.  Por lo menos Rospigliosi cuando habla de esta vaina sustenta su posición con mucha más evidencia que en conjunto presenta un escenario creíble (¿cómo? ¿que a Rospigliosi no se le puede creer por... ? Bah, chequea el segundo párrafo de este post con respecto a eso).  Pero por el otro lado, el amigo Gorriti basa todo su análisis en una observación que hizo él personalmente, con lo que concluye que toda la data oficial (nacional e internacional) está errada.  Lo cual, lo siento, no es una conclusión válida.  Muchos filósofos y pensadores han rajado por siglos de ese método de análisis: Si la evidencia no concuerda con mi observación puntual, es que todo está mal.  Francis Bacon lo llama "falsa inducción" y lo critica duramente.  Peor aún, el amigo Gorriti no considera en lo más mínimo la posibilidad de que haya un error en su razonamiento (como queda claro en esta columna que escribió después al respecto, en el cual el usa palabras como "falacia", "prejuicios" y similares al describir la posición que no está de acuerdo a la suya).

Cuando De Althaus entrevista a Soberón la cosa no cambia mucho, pero algo mejora.  De Althaus sigue con su rollo, por supuesto.  Pero Soberón brinda más información y una serie de explicaciones mucho más útiles.  Por ejemplo, el rollo de la tecnología nueva en la chacra de coca me pareció un argumento bastante válido en la discusión.

En fin, varios puntos válidos, pero hay un detalle que podría ser discutido (no por mí, en todo caso).  A Soberón le cuestionan que tenga amistades entre los cocaleros. ¿Es eso necesariamente malo? Vamos, si en Devida quieres meter a alguien que entienda bien cómo funciona el mundo de los cocaleros, necesariamente esa persona tiene que tener amistades y contactos en ese mundo, ¿no es cierto? Esto es algo que hace unos días saltó en twitter relacionado a otro personaje.  Lo malo, creo, es que la persona en cuestión se deje llevar por el conflicto de intereses.  Por lo que cuenta Soberón, él habría sanjado ese problema aclarando la situación con sus amigos cocaleros.  Habrá que darle el beneficio de la duda, me imagino.

Ahora, estoy seguro que muchos de ustedes ya vieron este otro videoclip, el de una discusión ficticia ente los economistas Keynes y Hayek acerca de qué hacer en este momento de crisis económica mundial.  Toda la discusión gira alrededor de un solo punto: ¿Para salir de la crisis debemos gastar más o menos? La discusión que tienen a ritmo de rap es exquisita y harto válida.  Pero además, es un caso de estudio sobre cómo se debate.  Particularmente interesante: El final, en el que te dejan en claro que no siempre el que tiene la razón es el que gana la discusión.

En el video del primer episodio de este rap, que por ahí debe estar enlazado, se menciona una frase célebre de Keynes.  Parafraseando: Aquellos que se niegan a discutir asuntos económicos suelen ser los títeres de quienes sí lo están haciendo.  Claro que él se refiere a discutirlos correctamente.  No al caballazo.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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