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Empresas estatales otra vez (2): Más sobre Petroperú

Publicado: 2011-12-20

La discusión alrededor de la pertinencia de fortalecer las empresas públicas, en su versión más simple se reduce a lo siguiente:

1. El modelo económico que tenemos actualmente (sí, ése que nuestro presidente repite como disco rayado que estamos defendiendo y continuando) contempla que lo que la gente necesita (servicios y productos) van a ser proveídos por empresas privadas.

2. En el caso de que algo que la población necesite algo que no sea provisto por ninguna empresa privada (porque no sale a cuenta, lo cual es natural), se justifica que exista una entidad pública que la brinde.  No necesariamente se debe tratar de una empresa pública como tal.  Por ejemplo, el servicio de la seguridad nacional es supuestamente proveído por la policía, que no es una empresa propiamente dicho.

3. Punto.  Se acabó.  Para que se hable de la existencia de una empresa pública tiene que haber una justificación de algún tipo.  Por ejemplo, Enaco existe por un rollo estratégico de control del narcotráfico (supuestamente).  Pero no se puede plantear fundación o crecimiento de empresas públicas porque se me ocurre o por puro terco.  No en el actual modelo económico, por lo menos.

¿Cómo? ¿Que todos los países del mundo tienen empresas públicas menos el Perú? Quizás, pero nuevamente, el modelo económico que el Perú viene implementando contempla solamente esto.  Si vamos a compararnos con otros países en esta discusión, comparémonos con otros con modelos similares.

¿Cómo? ¿Que por qué Petroperú no puede fortalecerse si Petrobras lo hizo? Como dice Patricia del Río en esta columna de hoy, ten cuidado con los cuentos que te están queriendo meter.  Hay universos de diferencia entre ambos casos.  Para empezar, Petroperú hace dos gobiernos que viene anunciando que seguirá los pasos de Petrobras en privatizarse y en asumir criterios de buen gobierno... y hasta ahora nada.  Si lo hace, enhorabuena.  Pero aún no se han dado los cambios que harían que pensemos que Petroperú ha cambiado y que definitivamente no seguirá siendo la cuna de corrupción que ha sido en el pasado.

Primer punto clave: Petrobras salió a vender acciones hasta más del 50% del patrimonio de la empresa.  Éste es un punto crucial.  Cuando Petroperú anuncia que venderá 20% de su patrimonio en acciones y que el resto queda en manos del Estado... es igual que nada.  El gobierno de turno seguirá tomando decisiones sobre el manejo de la empresa.  Lo que se quiere -para hacernos creer que será una entidad que tome decisiones eficientes y con criterios rentables- es que el procedimiento de toma de decisiones sea similar al de una corporación privada grande.  Para eso se requiere que el directorio sea independiente.  Que no esté atado a presiones por parte del gobierno.  Y en este punto en especial, el actual mandamás de Petroperú, Humberto Campodónico, ya anunció que podemos esperar sentados, porque es algo que no pasará.  Chequeen la entrevista que me dio durante la CADE.

Si no se va a ceder en ese detalle, todo resulta siendo un saludo a la bandera por las puras.  Lo cual lleva al segundo punto.

Segundo punto clave: Ya, si no quieres seguir el camino de Petrobras (ojo, métanse a la cabeza que hasta que eso no suceda, no son casos comparables), puedes seguir el camino del BCR y definir criterios rígidos para nombrar a los miembros del directorio, de tal manera que se finja cierta independencia incorporando a más miembros de otros orígenes.  Ya sé que el BCR es también criticado por específicamente este asunto, pero por lo menos hay cierta discusión sobre el nombramiento de estos puestos.  En Petroperú ni eso.  El proceso debería ser mucho más transparente.

Tercer punto clave: Una empresa pública tiene que ser eficiente en el uso de los recursos que se le asignan.  Petroperú es un perfecto ejemplo de cómo eso NO se hace.  La abogada Cecilia Blume ahonda en este tema en especial en esta columna.  Aquí el asunto de fondo es que el Estado -en contra a lo que muchos creen- no tiene recursos ilimitados.  Lo que tiene debe usarlo de la mejor manera posible.  Y eso no es neurociencia o ingeniería de cohetes.  Es economía en su versión más primordial: Tenemos recursos limitados para asumir retos ilimitados.  Así que el poco dinero que tenemos hay que aplicarlo inteligentemente.

En Twitter me decían que tenía sentido que Petroperú le entre al tema del gas para asegurarse de que todos los peruanos tengamos acceso a ese recurso, porque es nuestro derecho soberano o algo por el estilo.  Entonces, ¿en realidad queremos una población que no tiene agua, no tiene desagüe, no tiene electricidad, no tiene educación pública de calidad, pero que tiene gas? No sé, no me suena muy convincente. ¿No tendría sentido antes de eso preocuparnos por los temas más primordiales?

De hecho, tiene mucho más sentido económico aplicarle todos los recursos que se puedan a programas sociales de lucha contra la pobreza y de inclusión.  Yo prefiero mil veces que expandan el Programa Juntos o alguno de los otros programas sociales que están teniendo buenos resultados a que una empresa pública se meta a una actividad que no es rentable.  Y que si lo fuera, que lo haga una empresa privada, que es lo que dictaría el modelo económico que el presidente alega defender.

Cuarto punto clave: Una empresa pública no debería tener un manejo político.  Una empresa pública tiene un objetivo claro y maneja criterios técnicos para alcanzarlos.  Cuando se sale con rollos políticos es que se comienza a hacer uso ineficiente de los recursos y empiezan los problemas.  En el caso de Petroperú, nadie discute que los objetivos que se haya planteado no sean nobles.  Pero vean este gráfico que tomo de este comentario del IPE.

¿Notan algo raro? Todo el dinero levantado por Petroperú durante el 2010 es esa franjita roja en la barra de la izquierda.  Y eso de la derecha es todo el dinero que necesita para cumplir con lo que anuncia que va a hacer. ¿De dónde creen que va a salir el dinero que necesita? ¿Del aire?

Repito: Esto no quiere decir que el objetivo no sea loable.  Como bien lo explica el comentario del IPE en cuestión, hay una falla en el mercado del gas.  Éste tiene que ver con el incentivo a que haya un solo operador y que no tenga sentido que haya dos gasoductos instalados uno al costado del otro.  Esto define la necesidad de un monopolio.  No obstante, nada dice que el operador tenga que ser público.  Como en tantos otros casos, lo más eficiente puede ser una empresa privada regulada.

Tooooooodo ese dinero que Petroperú va a levantar para los proyectos que ha anunciado... ¿No sería más prioritario que el Estado lo use en reducir la pobreza? Hay intervenciones del Estado que tienen un impacto mucho más fuerte en el bienestar de la población.  Lo que no quita que sea necesario preocuparse por el acceso de la población al gas, algo que se puede hacer de muchas otras maneras.

Sobre la experiencia del post que escribí sobre promoción de la cultura, en el que repetía varias veces que hace falta que el Estado intervenga, pero que lo que proponía la ministra anterior no era conveniente (algo que ni así sirvió para que en los comentarios no me acusaran de estar proponiendo que el Estado no intervenga en lo más mínimo), insistiré en que Petroperú puede ser una empresa eficiente y puede hacer muchas cosas.  Pero que se trata de un asunto de incentivos.  Una empresa pública no es chévere porque así se ha decidido.  Es eficiente porque existen los incentivos, los candados y la transparencia para que así lo sea.  Y lamentablemente actualmente no lo es aún.  Quizás cuando termine el proceso que se anuncia desde hace varios años podamos hablar de grandes inversiones y de gigantescos proyectos.  Por lo pronto, no tiene sentido.

(Dibujito de arriba: http://lartistportfolio.blogspot.com/)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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