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Acaso el 2012 es un año electoral (4): La esencia de lo caviar

Publicado: 2012-09-18

El principal problema con el asunto caviar es, creo, que precisamente no tenemos definido qué es ser caviar.  Oh, por supuesto que cada quien en su cabeza tiene una definición, dependiendo de su inclinación política y de su simpatía por Susana Villarán.  Pero el verdadero problema es que como país no nos hemos puesto de acuerdo con respecto a qué es ser caviar.  Por lo menos el término despectivo "neoliberal" se entiende lo que incluye.  Puede que no te guste que te chanten esa etiqueta, pero sabes qué es lo que implica.  En cambio, "caviar" implica distintas cosas dependiendo del que lo dice.

Y así no se puede tener una discusión seria.  Porque ni siquiera los analistas se han puesto de acuerdo.  Por ejemplo, la vez pasada Carlos Meléndez colgó una columna en la que abordaba el tema, en la que plantea una definición, que si bien está bastante clara dentro de los límites de la propia columna, no tiene por qué ser aceptada por los demás, a menos que nos convenza que es la mejor definición del término.  Ojo que Meléndez habla de "un sector político progresista cuyas fuentes cotidianas de indignación no siempre guardan relación con conductas coherentes en la práctica".  Él no está hablando de un subsector social o qué sé yo, sino de un sector político.  Pero vale.  Es su definición.

La otra definción que compite es la de Aldo Mariátegui, que -seamos sinceros- debería cobrar regalías por haber popularizado el término a punta de mucho esfuerzo, sudor y lágrimas.  Lamentablemente, el enfoque de Mariátegui es bastante poco práctico.  Según Aldo, el caviarismo se remonta a un origen etimológico que definiría hacia el futuro todo lo caviar.  Falla en reconocer que el lenguaje evoluciona y que lo que significaba caviar en otro tiempo y en otro país no necesariamente es lo que nosotros entendemos por caviar hoy en día. ¿Que la Francia socialistas y los colegios religiosos? Sorry, demasiado académico para imponerse como discurso de la muchachada que hoy en día se las da de conocedores políticos en las redes sociales.  Además de que no nos sirve como instrumento de discusión en pleno escenario político actual.  Entiendo la posición del amigo Aldo y supongo que su trabajo etimológico es impecable.  Pero no nos sirve para el debate.

Finalmente, llega el amigo Steve Levistky para confundirlo todo.  Sí, ya sé que es algo así como el über-caviar, pero el pata simplemente no la capta.  O quizás se hace el que no entiende para abogar por los caviares o para fomentar debate (me inclino a creer esto último, conociendo su intervención en las elecciones pasadas).  Él, en su columna de La República, utiliza una definición suya propia del término caviar, para desde ésta encontrar inconsistencias en el análisis de Meléndez, el cual parte de otra definición. ¿Se entiende el truco? Por precisamente eso empezaba diciendo lo importante que es que todos usemos la misma definición, por lo menos los analistas (independientemente de lo que yo me considere a mí mismo -homo sapiens, por si preguntan-, Levistky y Meléndez son analistas políticos).

Para mí ser caviar no necesariamente implica ser parte de una clase social, sino más bien un estilo de vida.  El punto de partida sobre el cual se construye tu caviaridez es el estilo de vida, el cual debe ser inconsistente con lo que predicas.  Quizás luego podamos construir un "caviarómetro" para comparar el nivel de caviarez de distintos personajes.  Pero la condición necesaria (mas no suficiente) debe ser esa inconsistencia.

Que las mineras gasten más dinero en programas sociales, pero él va y se compra un carro último modelo con dinero que pudo haber usado para apoyar la causa social de su elección.  Que se sancione a los fujimoristas mentirosos, pero él no tiene reparo en mentir en un artículo para promover una causa que considera urgente.  Que se invierta más en promover lo nuestro, pero va y almuerza en McDonald's.  Etc, etc.  No digo que esté mal que te tires tu plata en lo que quieras y que estires la verdad todo lo que quieras para colocar un tema en la agenda pública, independientemente de que yo no lo haría.  Lo que sí está mal es que demandes que otros hagan algo que tú a tu escala no estás dispuesto a hacer.  Ahí creo que está la esencia del caviarismo.  No una identificación geográfica o una clase social exclusiva o una élite económica o un desconocimiento de las fuerzas del mercado.

(Dibujito de arriba: http://madart84.blogspot.com/)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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