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Acerca de la promoción del cine (9): La Ley Cabrera

Publicado: 2010-12-10

Cualquiera que esté medianamente relacionado a la industria del cine en el Perú sabe que desde hace un buen tiempo se viene dando una batalla por sacar una nueva ley de cine.  Por el momento hay varias propuestas dando vueltas y por alguna razón la denominada Ley Cabrera es la que más apoyo ha recibido de las regiones.  La pueden leer con detenimiento en este enlace.  Y sinceramente, entiendo la imperiosa necesidad de promover mayor producción cinematográfica fuera de Lima, por muchas razones.  No obstante, no todos los mecanismos que ha elegido esta norma para alcanzar ese objetivo son idóneos.

Déjenme repetirlo: Es imperiosa la necesidad de promover mayor producción cinematográfica fuera de Lima en un contexto histórico como el actual.  Pero ésta no es la manera.  Vayamos por partes.

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Primero, por obligación todos los proyectos de ley que se presentan tienen que tener una parte en la que se hace un análisis costo beneficio de la aplicación de la norma.  Señores, les guste o no, toda nueva ley tiene un costo.  Aunque lloren, aunque pataleen.  En todo caso, lo tenemos que asegurarnos es que la ley en cuestión genere mayores beneficios que costos.  Pero negar que va a tener costos es, pues, inocente y desinformado.  Esta norma tiene ese error.  Bajo el alegato de que los recursos con los que funcionará se los está quitando a alguien más (las municipalidades), postula que no le costará nada a la sociedad.  Pero claro, el que las municipalidades podrán hacer menos porque tienen menos recursos, eso es un análisis demasiado elaborado.  O que a continuación las municipalidades se tendrán que inventar más trámites pagados para poder cubrir el hueco, eso tampoco entra al análisis.  No es por defender a esos infranqueables bastiones de burocracia que son las municipalidades en este país.  Pero negar que no habrá un costo no es una opción seria.

Amiga Ley Cabrera, esta crítica no te la tomes como personal.  De hecho, es un error que muchos proyectos de ley cometen.  Debe ser porque nadie le ha explicado a los congresistas lo que es un análisis costo beneficio.

Segundo, la sustentación de esta ley tiene el mismo problema que tienen otras muchas iniciativas que se tratan de adaptar de otros países: No hacen el análisis completo.  O sea, que en España se aplica una cuota de pantalla mínimo, interesante.  Pero no se menciona que el público en España tiene una orientación mucho más fuerte hacia las producciones españolas que los peruanos a las peruanas, lo que hace que esa cuota no sea tan brutal.  O se menciona que Chile tiene fondos y becas, pero no se menciona que en Chile la proliferación de salas de cine y el nivel de consumo hace que el dinero se recupere más fácilmente.

No me malentiendan.  Varias de las propuestas que se recogen de otros países serían ideales para el Perú.  Pero hay que tener cuidado con cuáles nos agarramos, porque podríamos estar planteando algo que no es aplicable.

Tercero, en el Perú ya hemos probado en el pasado algunas de esas medidas y no han funcionado.  En el video Cusco y el cine regional que han colgado en La Mula se repasa la opinión de varios allegados a la actividad del cine en Cusco y todo lo que dicen es indiscutible... menos cuando se rememora la ley de cine que teníamos en el gobierno militar. ¿Alguno de ustedes se acuerda cuando a uno lo obligaban a ver cortometrajes nacionales en los cines? Eso es trampa.  Así no se promueve nada y no se ayuda a nadie.  Lo que se está haciendo es una especie de paternalismo aplicado que no fomenta que nadie se esfuerce en hacer algo cada vez mejor... porque de todas maneras te lo van a pasar en el cine.  La ley lo aseguraba.

Y si tienen ganas de discutirme esto, piensen en lo siguiente. ¿Qué nos dejó esa ley? Específicamente eso ya lo intentamos y no funcionó.  Ah, no, esperen.  Ya sé lo que va a decir ese pata que está en la esquina tomando su café.  Que no se pudo fomentar cine nacional por los intereses norteamericanos imperialistas imperantes.  Pues, ¿saben qué? Esos intereses imperialistas siguen en su lugar y aún así todos esos países que cita la Ley Cabrera en la parte de sustento han podido promover cine nacional, ahí están las cifras.  Pero claro, lo hicieron aplicando otras medidas.  Obligando al mercado a consumir lo que tú consideras que debería consumir no se va a llegar muy lejos.

Porque además piensen en lo siguiente.  Digamos que se aplica una cuota en el cine o en la televisión que nos obligue a ver producción nacional. ¿Quién decide específicamente qué nos hacen ver? ¿Una versión repotenciada del jurado de Conacine? Claro, porque TAN satisfechos estamos con esos resultados, ¿no?

Cuarto, a eso que quieren hacer de que una porción de la entrada de la sala del cine vaya a parar a un fondo de promoción de producción de cine se le llama "subsidio cruzado".  O sea, querer financiar una ayudadita a un productor con dinero que se saca del precio de otro producto.  Y si una empresa privada lo intenta hacer, le cae Indecopi y la multa, porque es ilegal.  Y es que el subsidio cruzado genera una serie de distorsiones, que a su vez generan costos a la economía.  Ah, no, esperen.  La Ley asegura que no tiene costos (?).

En ese sentido, la misma Ley pone sobre la mesa otras opciones que me parecen harto preferibles.  Sí, sí, ya sé que en otros países lo aplican... Pero es que en esos países las condiciones son distintas.  Sí, ya sé que actualmente ya se cobra un porcentaje de la entrada de cine que se lo agarra la municipalidad.  Pero ahí la lógica es distinta: Un cine le genera problemas a un distrito (al igual que todos los establecimientos comerciales) y por ello debe pagar un concepto.  Son cosas distintas.  Que un cine pague más por eso que un bar es algo que se escapa a mi entendimiento, en todo caso.

Quinto, sincérense y digan por qué medio vieron las últimas diez películas nacionales que han visto. ¿Cuántas de ésas las vieron en copia pirata comprada en un cruce de avenidas? Entonces, ¿por qué la promoción de la producción nacional la debe pagar en parte los cines y la televisión -como lo propone esta ley- si los que se benefician son los círculos de comercialización informal de películas? ¡Que lo pague Polvos Azules! Esta Ley Cabrera debería tener un artículo acerca de cómo es que le va a extraer a el Hueco el excedente para con eso formar un fondo de fomento a la industria del cine nacional. Excluirlo es, lo siento, populista.  No lo está poniendo para no ganarse enemigos con nadie.  Pero un análisis serio llamaría a que diga algo al respecto.

Ah, no, momento.  Esta ley tiene costo cero, pues, ¿no?

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Con todo esto no quiero decir que sea una mala iniciativa.  De hecho, en espíritu me parece la mejor de las que se han presentado.  Pero de las medidas que propone, algunas no son recomendables.  En otro post sigo, que éste me quedó corto.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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