#ElPerúQueQueremos

La educación primero (20): Lluvia de universidades

Publicado: 2011-09-12

Ofrecer crear una universidad en tu barrio parece haberse convertido en la nueva tapa de la olla.  Esto, por supuesto, no lo ha inventado el Congreso actual, viene del gobierno anterior y de hecho, constituye en una práctica bastante baja y criticable por parte de nuestros políticos de turno.  Por una serie de razones.

Primero, no todas las regiones, distritos y provincias necesitan una universidad. ¿Se acuerdan cuando Magaly Solier pidió que Huanta tuviese su propia universidad? Y yo comentaba que quizás eso no es lo que más necesitan.  Hay zonas del Perú que tienen necesidades más urgentes y razonables. En el segundo punto vuelvo al tema de la universidad que pidió Magaly Solier, pero eso es algo que deberíamos comenzar a tener más presente.  En algunas ocasiones se tiene mucho mayor impacto promoviendo carreras técnicas, en vez de carreras universitarias.  Y antes de que me arrojen lodo, tómense un momento para reconocer que una carrera técnica no tiene nada de malo y que es nuestra sociedad la que la basurea sin querer.  En Alemania, por ejemplo, un técnico tiene que haberse comenzado a preparar desde cuarto de secundaria y luego haber pasado por un instituto técnico registrado, para luego pasar por una evaluación estándar en todo el país.  O sea, no es como que yo me salgo con mi manera de preparar gasfiteros y la vendo como tal.  Nope.  Tienes que enseñar de acuerdo a unos estándares definidos.  Y así se aseguran de tener los técnicos mejor preparados.  Tanto así que alemanes que han pasado por ese proceso técnico vienen al Perú y la pasan de profesionales universitarios (¡he visto casos!).  Porque ese proceso formalizado es más efectivo que una proliferación de malas universidades, que es lo que nosotros tenemos aquí.

Segundo, llevar una universidad eficiente de verdad no es fácil.  En economía hay una vaina llamada "economías de escala", que se refiere a cuando una actividad, empresa u organización es cada vez menos costosa conforme ésta crece.  Eso pasa con las universidades.  Si quieres tener una universidad para unos cuantos estudiantes (como en Chincha, por ejemplo), te va a salir relativamente caro por estudiante, porque tienes que trasladar hasta allá profesores universitariso del nivel que eso amerita, instalar una biblioteca decente, poner computadoras, etc, etc.  En cambio, si haces ese mismo esfuerzo en Ica para los jóvenes que quieran ira la universidad en Chincha, Pisco e Ica, la inversión por alumno es mucho menor, porque ese mismo profesor que trasladaste desde Lima o desde donde lo hayas traído, va a terminar enseñándole no solamente a chicos de Chincha o de Ica, sino de toda esa zona.

En ese sentido, Ica ya tiene una universidad pública conocida, la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica.  Que tiene todas las limitaciones que quieran, pero en vez de salirse con la instalación de toda una nueva universidad en Chincha... ¿no valía la pena repotenciar a la San Luis Gonzaga? Alguna vez tuve un proyecto en el que trabajamos con profesores de esa universidad y varios de estos tenían muy buena disposición de mejorar, pero muy pocos recursos a su alcance.  Ahora los tendrán menos.  Bien jugado, congreso.

Tercero, ¿para eso paralizan el otorgamiento de permisos y de licencias para crear nuevas universidades privadas? ¿Para darle rienda suelta a la creación de universidades públicas? No me parece muy razonable que digamos.  Y por supuesto que los empresarios que ya están involucrados en universidades ya instaladas no pitean, porque les han hecho un enorme favor: Les han creado barreras a la competencia.  Es decir, ahora se tienen que preocupar menos por que ingresen nuevos competidores al mercado.  Eso en economía suele ser motivo para que la calidad de un servicio caiga.  Si hay competencia, por el contrario, la calidad tiene que mejorar para poderse mantener.  Lo que necesitamos no es que se dejen de dar permisos... Es que se den los permisos bien.  Y que se fiscalice.  Vamos, cuando salió esta payasada de no dar más permisos varias personas en provincia comenzaron a apoyarla enumerando universidades privadas improvisadas y las formas cómo le daban la vuelta a la ley... Si eso se sabe, ¿por qué el Estado no interviene y las cierra? Vamos, es su labor, tengo entendido.  En esto de velar por la calidad, ¿no debería cerrar las universidades de baja calidad y dar permisos de ingreso al mercado a operaciones mejor armadas y más concretas?

Cuarto, porque para nadie es un secreto que el Congreso se ha planteado como, en palabras de los amigos de Reflexión Democrática, una fábrica de universidades.  Solamente entre los años 2006 y 2011, se han creado 15 universidades públicas, cada una de las cuales debería tener su presupuesto, su plana docente, su infraestructura, su biblioteca, etc, etc.  Y eso no es todo, para cuando acabó el periodo, se quedaron otras 11 en el tintero.  De esas 15 que sí se crearon, ni más ni menos que 10 se crearon en el último año, como dejando un regalito de despedida al país que tendrá que mantener su travesura.  Mientras que, como lo expone Reflexión Democrática, por el otro lado no dejaron pasar la oportunidad de levantarse un poquito de popularidad con su gente.

Y de hecho, como Reflexión Democrátiva alerta, varias de las normas por las cuales se crean estas universidades fueron exoneradas del dictámen de la comisión de educación.  Como si se tratase de algo tan inmaculadamente claro que no hiciese falta.  De esa manera, se termina creando una universidad sin estudio técnico de por medio o de un análisis de su necesidad.

Quinto, recuerdo que cuando estábamos en la campaña, comenté que me parecía curioso cómo el plan de gobierno nacionalista pretendía solucionar todo con educación.  En la parte de medio ambiente decía que ah, eso se soluciona con mayor educación en medio ambiente.  En la parte de corrupción decía que ah, eso se solciona con mayor educación en civismo.  Y así hasta el infinito.  Yo comentaba que me parecía que eso resultaba inocente, mientras que otros le reventaban cohetes diciendo que eran los que mejor planteaban una solución al problema de la reforma universitaria.  Entonces, ¿es esto? ¿Alguien sabe si la bancada nacionalista se opuso a la creación de la universidad de Chincha? #digonomas.

Sexto, como bien lo retoma el amigo Morsa, pareciera que nos hemos olvidado para qué son las universidades.  No son trampolines de ascenso social.  No son fuente instantánea de progreso.  El trabajo es lo que hace eso.  La universidad no es un botín.  En lo que no estoy de acuerdo es su relación de la crisis de la universidad pública por culpa de la clase media que creó sus propias universidades privadas.  En vez de verlo como un incentivo, se le ve como una culpa.  Caray, digan lo que quieran, pero la Cayetano y la PUCP, entre otras, son reconocidas a nivel mundial.  Y eso no es casualidad.  Es porque en su momento y para sus facultades símbolo hicieron las cosas bien.  Pero no solo esas.  La Agraria, la UNI y la San Marcos también (en sus facultades símbolo por lo menos).

Entonces, ¿no tiene sentido mejor ayudarlas a ser cada vez mejores? Oh, no, pues.  Porque para mantener la calidad tienen que mantener un número máximo de estudiantes y lo que los amigos políticos quieren es masificar el asunto, dejando de reconocer que ir a la universidad (una universidad en serio) no es para todos.  Una universidad en serio tiene que tener cierto nivel de dificultad.  Eso necesariamente tiene que excluir a unos cuantos, aunque duela.  Quizás en un futuro utópico ése no sea el caso.  Pero estando las cosas como están...

Yo he enseñado a cachimbos y déjenme decirles que eso se hace más evidente cuando preguntas cuántos saben en dónde está Perú en el mapa que estoy proyectando y menos de la mitad levanta la mano.  Sí, esto viene del colegio.  Pero entonces, ¿no tiene sentido arreglar un poco más el tema de la educación escolar antes de arruinar lo poco que sí funciona de la educación superior? #digonomas de nuevo.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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