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Perú país minero, dicen (12): El precio del oro

Publicado: 2011-11-29

Conforme avanza el drama de Conga y se ponen en su lugar las piezas del conflicto político, se pone nuevamente en discusión la pertinencia de la explotación de los recursos naturales en el Perú.  Quizás no de manera generalizada, pero sí saltan algunos a cuestionar que tenga sentido que extraigamos el oro y lo vendamos.  Aquí algunos criterios que se están confundiendo.

Si dejamos que extraigan el oro, nos vamos a quedar sin nada. Y de hecho, si nunca lo sacamos, sería lo mismo.  Nunca la frase sobre el mendigo sentado en una banca de oro ha tenido más relevancia que cuando se discute esto.  Si tenemos oro, lo tenemos que sacar para vender y convertir eso en recursos que luego podamos usar para lo que sea.

Por supuesto que no se trata de hacerlo a la loca o de usar los recursos en "lo que sea", literalmente hablando.  Se trata de hacerlo de la mejor manera posible, más eficiente y con mejor uso de los recursos que sí tenemos.  Y se trata de entender que ese oro se va a tener que sacar en algún momento.  Quizás no ahora, sino dentro de un año, una década o un siglo.  Pero eventualmente se va a sacar.  Lo que tenemos que decidir es el momento ideal y las condiciones ideales.

En ese sentido, hay un detalle que es importante y que no todos incorporan a su rollo cuando está hablando de estas cosas.  Y es que es un principio básico de las finanzas que las cosas hoy en día valen más que las mismas cosas mañana o en un año o en una década.  Por eso existen tasas de interés. ¿Cuál es el sentido de que el banco te pague una tasa de interés (aunque sea chiquitita) por dejar de consumir ahora y darle tu dinero en calidad de ahorro? Es porque se reconoce que dejar de consumirlo todo ahora y dejarlo para después tiene un precio, porque luego ese mismo dinero no valdrá lo mismo.

Es el mismo principio por el cual tiene sentido que cuando pides un préstamo para tener un carro hoy en día, termines pagando más dinero en el tiempo. ¿Por qué no esperaste a ahorrar el suficiente dinero para comprarte el carro, en vez de ir a pedir el préstamo? Eso es porque tú valoras más su uso ahora, no luego.

Con esto del oro sucede algo parecido.  Más allá de las fluctuaciones del precio internacional (en un toque algo sobre eso), en concreto siempre es más deseable convertir el recurso en valor lo antes posible.  Si uno espera eternamente a que se den las condiciones ideales, estaremos en problemas.  Los peruanos de más de 30 años quizás recordemos el floro alrededor de Camisea, cuyo yacimiento de gas se sabía que estaba ahí desde 1987, pero que recién se pudo explotar en el 2004, porque un fuerte sector de nuestros políticos insistían en que debíamos esperar a que se pueda explotar bajo nuestras condiciones.  O sea, nunca.

El precio del oro va a seguir subiendo, por lo que nos conviene esperar.  Una primera confusión que se comete es creer que el precio equivale al valor.  Una cosa puede tener mucho valor porque se le aplicó muchas horas hombre y aún así tener precio por debajo de eso.  De hecho, la discusión de cuánto vale un producto es tan vieja y compleja, que básicamente es la que le dio origen a la ciencia económica.  Adam Smith tenía una teoría del valor, Karl Marx tenía otra.

El precio internacional del oro depende de un montón de cosas.  Varios analistas suponen que el precio del oro en el mundo ha estado subiendo en la medida en la que se ha incrementado la incertidumbre financiera.  En ese sentido, mucha gente que tenía sus ahorros y sus excedentes en valores financieros de distintos tipos (acciones, bonos, etc.), lo han movido a oro.  O sea, venden opciones de inversión que ahora son menos certeras (¿y si quiebra esta empresa de la cual tengo acciones? ¿y si cae este banco en el cual tengo fondos a plazo fijo?) y con ese dinero compran oro, porque se supone que ésta es una mejor opción por el momento.  Más segura, por lo menos.

En ese sentido, el oro se ha convertido en una especie de refugio.  Y en la medida en la que hay más incertidumbre, hay más demanda por oro para poderse refugiar más y más.  Y cuando hay más demanda, el precio sube (por ley de oferta y demanda).  Esto es, claro, asumiendo que la oferta se mantiene constante.

De esto el lector que no está cerrando la ventana negando con la cabeza pensando que fue una pérdida de tiempo leer hasta aquí, porque esto es algo que seguramente aprendió en secundaria, se podría estar preguntando dos cosas.  Primero, ¿esa demanda acaso no va a seguir creciendo eternamente? Y segundo, ¿la oferta se va a mantener constante?

Con respecto a la primera pregunta, la respuesta es no.  Conforme la crisis internacional se vaya solucionando y la inversión en opciones financieras más complejas (y rentables) se recupere, la demanda por oro se irá reduciendo.  O por lo menos, eso sería lo esperable.  Y cuando la demanda baja, el precio también baja.  Así que vayamos con cuidado en ese sentido.  El precio del oro no se va a mantener tan alto.  No puede.  Eventualmente su tendencia al alza va a parar.  Quizás sea en unos meses o quizás en un año.  Y esto no quiere decir que va a caer a niveles indeseados.  Solamente que es una variable que no va a seguir creciendo eternamente.

Con respecto a la segunda pregunta, la respuesta es que no sabemos.  En el mundo de la minería hay una vaina llamada ley de corte (no, no es una ley aprobada por el Congreso... es una regla como la ley de la gravedad o la ley del mínimo esfuerzo).  Se refiere a cuánto debe ser el precio para que justifique la explotación de un yacimiento.  En algunos casos esa ley te beneficia, porque estás cerca a un puerto a través del cual embarcar el producto o porque está en tal estado natural que requiere poco tratamiento.  A veces, el proyecto no es tan favorable y te perjudica.  Dependiendo de cómo se mueve el precio justifica algunos proyectos y saca del área de lo viable a otros.  Y con el precio del oro tan alto, lo que pasa es que se justifican proyectos mineros que antes no se podían hacer.  Al haber más oferta, el precio cae.

Habrá pérdidas ambientales, por lo tanto no se debe hacer.  Por supuesto que va a haber costos ambientales.  Eso me parece que es indiscutible.  Me parece ridícula la posición de algunos tuiteros que citan a quienes aceptan esto como "Exhibit A" de que Conga debe anularse.  Pero de eso no se trata.  Nada en esta vida está libre de costos.  La construcción del segundo piso de tu tío también tiene costos ambientales.  El Metropolitano, la piscina de tu pata en Chosica, el carro que te compras después de chambear dos años.  Todo eso tiene costos ambientales.  Lo que se debe discutir no es si los hay, que siempre los va a haber.  Lo que se debe discutir es si lo que se pierde es justificado por lo que se va a ganar.  A eso en economía se le conoce como "análisis costo-beneficio".  Y muy pocos políticos lo hacen.

Lo primero que debe quedar claro cuando te acercas por primera vez en tu vida al maravilloso mundo del análisis costo-beneficio es que ese costo no solamente es dinero (la ciencia económica entendió eso hace un rehuevo de tiempo).  Y ese beneficio no solamente es plata.  Hay otros costos que también deben ser considerados (costo no es gasto, como sería bueno que se enteren algunos amigos congresistas).  Por ejemplo, el que se vaya a perder un ecosistema.  En nuestras chupetas de fin de año podemos decir que eso es algo invalorable.  Pero en el mundo de la toma de decisiones "invalorable" no es suficiente.  Necesitamos medir ese valor de alguna manera para poderlo comparar con otros costos y con los beneficios.

Por eso es que hacer ese Estudio de Impacto Ambiental (EIA) tomó tres años y es hecho por gente especializada.  Y por eso cuando el Ministro del Ambiente va y en tres días presenta objeciones técnicas al EIA no queda particularmente bien parado entre los que saben de estas cosas.

Por último, nuevamente aquí nos tenemos que oponer a la filosofía del "NO-HAY-FORMA" y de los que se oponen religiosamente a Conga meramente porque tendrá una pérdida cualquiera.  Así no funciona el mundo y así no debería funcionar el Perú.

Dibujito de arriba tomado de http://alexds1.tumblr.com


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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