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Acerca de la promoción del cine (19): Las cuotas que sí han incluido en la ley

Publicado: 2012-04-26

Sigamos con el tema de la propuesta de ley de cine que han presentado a través del Ministerio de Cultura un lado de los involucrados en la industria de cine nacional.  Esta discusión es una continuación de lo que ya he escrito en este post, en este otro y en este más.  Y antes de entrar de cabeza al tema de hoy, déjenme aclarar un detalle (además del disclaimer que tengo que hacer siempre que toco el tema de la promoción del cine y que está al final de este post).

Abro paréntesis: Los que abordan la problemática de la promoción del cine nacional con este proyecto de ley hablan del dominio del mercado por parte de las películas que vienen de Hollywood.  Esto es un tema comercial.  Hablan de que al público se le bombardea con publicidad de esas películas.  Esto es marketing.  Que hay que educar al público.  Esto también es marketing (pero de otro tipo).  Hablan de crear un nuevo impuesto para financiar más películas nacionales.  Esto es economía tributaria.  Y hablan de cogerse otro impuesto que ya existe.  Esto es redistribución de recursos.  Hablan de una política de promoción a la creación de productoras nacionales.  Esto es economía política.  Hablan de dar facilidades para la importación de equipo.  Esto es comercio exterior...

...¿y después se pican cuando uno aborda la problemática de la promoción del cine nacional desde la perspectiva de la economía? No, pues, tienen que ser consistentes.  Si su propuesta incluye todos estos puntos de índole económica, tienen que aceptar la crítica económica a su propuesta.  A un comentario económico de su propuesta de ley no pueden responder con un floro de la dignidad nacional y de que no todo es economía en este mundo.  Eso es trampa, señores. Cierro paréntesis.

Pues bien, habiendo aclarado eso, pasemos al asunto de las cuotas.

El fin de semana anterior conocí a una de las personas que ha participado en la redacción de esta propuesta de ley y me discutía que ésta no incluía la imposición de cuotas de pantalla.  Pues aquí la tienen, en las definiciones del artículo 4 (página 3):

CUOTA DE PANTALLA.- Espacio porcentual dedicado a la exhibición de obras cinematográficas nacionales, a ser difundidos en espacios públicos y comerciales en cualquier medio o formato.

Sobre la dificultad de definir qué es una "obra cinematográfica nacional" ya escribí todo un post.  Básicamente los promotores de esta ley se han salido con una definición altamente imperfecta que deja fuera a varias películas hechas por peruanos con "contenido peruanista" (por decirlo de alguna manera) para favorecer a otros.  No se olviden que aquí lo que están haciendo es repartirse una torta, así que todo se vale a la hora de agarrarse recursos que otros ya no tendrán.

Conclusión: sí, sí hay cuotas en este proyecto de ley.  Y las cuotas -que sí, ya sé que se aplican en muchos países exitosamente para promover el cine nacional- aquí en el Perú ya se aplicó y no llevó a nada.  Quizás no se acuerden los más jóvenes, pero la ley de cine que teníamos hace como tres décadas nos obligaba a ver películas peruanas. ¿Y eso creó una industria? ¿Formó a una generación de cineastas de reconocimiento internacional? Pues, no.  De hecho que sí hubo cineastas peruanos que sobresalieron, pero nada indica que fue porque al público nacional nos obligaran a ver sus películas.

En todo caso, en el artículo 45 de este proyecto de ley se puede leer lo siguiente (las negritas son añadidas mías):

Artículo 45.- CUOTA DE PANTALLA

El Consejo Directivo del PERUCINE, teniendo en cuenta la infraestructura de salas de exhibición cinematográfica existentes en el país, los promedios de asistencia y el volumen de producción de obras cinematográficas nacionales  por año, podrá fijar anualmente normas sobre porcentajes mínimos de exhibición y comercialización de obras cinematográficas peruanas en cualquier medio o sistema. Este porcentaje no debe superar el veinte (20%) por ciento del total de obras exhibidas a nivel comercial y cultural en el país durante el mismo período de tiempo. La aplicación de esta medida se hará sobre el número de funciones cinematográficas, y deberá tomar en cuenta las diferencias de cobertura y disponibilidad de salas y obras a nivel nacional, así como sus formas de difusión y control, las mismas que serán fijadas en el Reglamento de la presente Ley.

Dos detalles harto peligrosos con esta versión de las cuotas (a ver, chequeen cómo es en todos esos países que andan citando como excusa para meternos esto en el Perú).  Es el uno o el otro.  Ambos son perjudiciales.  Primero, es un asunto que se va a volver a negociar cada año y cada año y cada año y cada año.  O sea, ni siquiera están definiendo de una vez el sabor del veneno.  Si lo que quieren es promover inversión en esa industria (sus palabras, no las mías), lo último que hay que hacer es introducir una distorsión impredecible distinta cada año.  Definan una de una vez.  Segundo (alternativa a la primera), porque son buenos nos van adelantando que el límite máximo al que pretenden aspirar es de 20%.  ¿Veinte por ciento? ¿En serio?

¿Cuántas películas has visto en total el año pasado? ¿Y cuántas de ésas eran peruanas? ¿Dos de cada diez? ¿Una de cada cinco? Por donde se vea es un límite excesivo.  Y claro, es de esperarse.  Después de todo, es una ley propuesta por aquellos que producen el material que nos quieren obligar a consumir.  Es como que los productores nacionales de algodón definan la política comercial peruana.  Obviamente prohibirán el ingreso de la competencia.

¿Y ya vieron que pretenden controlar no solamente las salas de cine, sino "cualquier medio o sistema"? O sea, Netflix, Cuevana, Limite Visual, etc.  Porque, claro, obviamente, se puede.

Oh, yo sé lo que estás pensando.  Como me decían el fin de semana, "es que si no, las salas de cine no pasarán películas peruanas".  Y cuando se le hace reconocer que sí pasan películas peruanas, pero que lo que pasa es que los peruanos no queremos ir a ver películas peruanas, porque los cineastas no tienen incentivo alguno a hacer algo que le interese al público (con el sistema anterior, el incentivo es a ganar todos los premios posibles, para lo que el interés es hacer una película que guste a un jurado refinando, no al público), pasan a decir que "pero es que es difícil".

Por supuesto que es difícil. ¿O acaso creen que Chlimper la tuvo fácil cuando introdujo el espárrago peruano al mercado internacional? ¿Que los Añaños vencieron a Coca Cola en el mercado peruano echados en una hamaca? No, la creación de una industria sólida y competitiva es difícil.

Pónganse durante una semana a llevar la cuenta de las películas que ven espontáneamente y vean qué tan lejos están de la propuesta de que una de cada cinco sea peruana.

Y una pregunta, si nos van a obligar a ver películas peruanas, ¿ya para qué festivales de cine (artículo 35)? ¿Para qué el fomento de cine clubes (artículo 48)?

En fin, a continuación el rico disclaimer:

1. No digo que no haya intervención del Estado para promover cine peruano.  Tiene que haber una política de promoción, algún tipo de regulación.  Pero bien hecha, no este mamotreto.

2. No digo que todo el cine sea comercial.  Tiene que haber un equilibrio entre el cine comercial y el cine de autor.  Pero eso no se va a lograr con esta ley, así como no se logró hace 30 años con la ley de la que se han copiado varios elementos.

3. La discusión económica de la promoción del cine se desprende de que esta ley propone varias medidas económicas que la literatura económica critica.  Lo siento si no les gusta, quéjense con ellos.

(Dibujito de arriba: http://gotcheeks.blogspot.com)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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