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Tratando de medir la pobreza (14): El consenso que nunca tendremos

Publicado: 2012-12-13

Una cosa que siempre me llamará la atención son los extremos a los que llega la gente de puro terca.  Cuando se encaprichan con una idea y son capaces de los límites más insospechados con tal de no aceptar que estaban equivocados en un primer momento.  Lo malo es que a veces eso lleva a la construcción de estructuras de pensamiento que termina arrojando ridiculeces, como cuando la Asociación de Scouts del Perú, con tal de no aceptar que su sistema de división por edades está mal, se ha visto en la obligación de salirse con que la adolescencia no es una etapa conflictiva del ser humano.  Y que eso de que los adolescentes son difíciles es un mito.  Padres de familia, ya saben.

De igual manera, hay gente que es capaz de llegar a los niveles más insospechados con tal de no aceptar que al Perú le va bien.  Que el modelo de progreso con economía de libre mercado está funcionando.  Y cada pequeño tropezón es "prueba 1" de que todo está mal.  En un texto en Semana Económica comentaba esto y cómo hasta hace no mucho había gente dispuesta a negar que hubiese incluso crecimiento económico.  Luego, que haya reducción de la pobreza.  Luego, que hubiese reducción de la desigualdad.  Luego, que hubiese reducción del desempleo.  Y así hasta el infinito.  Cada vez que la realidad les otorga evidencia inquebrantable de que ya no pueden seguir negando algo sin hacer el ridículo, saltan al siguiente tema.  El amigo Pablo Bustamante en un texto para Lampadia comentaba cómo la evidencia es sólida en contra de la posición de que no ha habido estos avances.

Un ejemplo que me encanta es cómo nuestro congresista suspendido por recomendación de la comisión de ética, Javier Diez Canseco, con tal de sacar adelante su propuesta de control de tasas de interés, es capaz de postular que en el Perú las únicas opciones de financiamiento para las mypes con los bancos.  O sea, no hay microfinancieras, no hay cajas municipales, no hay MiBanco, no hay nada de eso.  Todo es mentira.  Luego, cuando esa posición sea ridícula de sostener (como a mi parecer ya lo es), saltará a la siguiente negación.  Ahora, negar que hubo negación, que es algo con lo que me he dado esta semana en Facebook, ya no me parece que ni requiere comentario.

Lo trágico de todo esto es que, como lo explica este investigador del PNUD, hasta ahora hemos avanzado en luchar contra la pobreza y en reducir las brechas en los segmentos que era más fácil hacerlo.  Y que para hacer esta misma labor en los puntos más alejados del país hace falta un trabajo más fregado y complicado.  Y que las cifras agregadas comenzarán a reportar reducciones de pobreza desaceleradas.  Porque lo que viene es más difícil.

Entonces, si las reducciones más largas y evidentes las niegan y sobre la base de eso construyen proyectos de ley y de cambios que son ficticios, no quiero ni imaginarme de lo que serán capaces cuando pasemos a esa otra etapa, en que los avances serán más lentos.

Mientras tanto, lo que nos queda es seguir discutiendo, entre otras muchas cosas, acerca de cómo mejorar la labor del Midis.  Por ejemplo, en cómo medir mejor la pobreza.  El profesor Enrique Vásquez, quizás uno de los peruanos que más la rompe en diseño de programas sociales, comenta eso y otras varias cosas en esta entrevista que le hice hace unos días.  El audio no es excelente, pero las respuestas del profesor Vásquez sí que lo son.

(Dibujito de arriba: http://hirojiro.blogspot.com)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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