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Otro bonito enredo (14): Más allá de los precios, la "soberanía alimentaria nacional"

Publicado: 2011-05-11

Los precios de los alimentos están subiendo.  Un gobernante puede reaccionar de distintas maneras a eso.  Puede ignorar siglos de conocimiento económico y pretender controlar precios, como alguna vez lo hizo García.  O en su defecto, puede ser ligeramente más elaborado y proponer hacer lo que está planteando la amiga Keiko, subsidiar precios.  Que tampoco es lo óptimo, pero en fin.  Ya es un avance.  Pero como estamos en una campaña de segunda vuelta con dos candidatos, hay que preguntarse lo que propone el amigo Humala.  He buscado en los medios distintas declaraciones suyas sobre el tema y no he encontrado nada concreto.  A lo mejor se me ha pasado.  Si alguien tiene el dato, avise.

Entonces, como no queda otra opción, me remonto a su plan de gobierno.  Sí, ya sé que los amigos nacionalistas lo niegan ahora incluso después de la tercera cantada de gallo.  Pero ni modo, no me queda otra opción.

No hay ninguna mención directa a los precios de los alimentos, pero en su página 65, en un pasaje con respecto a la estabilidad macroeconómica se menciona lo siguiente (las negritas son mías):

Por eso mantendremos los precios bajos para que no se erosione el ingreso de la gente, una baja inflación de 2.5% promedio anual y un tipo de cambio real estable y competitivo, que impulse la transformación exportadora, a cargo de un Banco Central, independiente y autónomo, que optimizará la acumulación y administración de nuestras reservas internacionales para hacer frente a choques externos adversos

Cómo los pretenden mantener bajos y a la vez acumular reservas internacionales (considerando además el fuerte costo de sus propuestas de programas sociales) es algo que por supuesto nunca entran a detallar. Oh, claro, se mencionan algunas características de este mundo ideal que proponen, como que por ejemplo el BCR sería independiente y autónomo, algo que no van a poder respetar si es que quieren mantener esos altos gastos permanentes insostenibles.

En su página 66 dicen que la política fiscal sería contra cíclica, como bien les han enseñado que todos tenemos que decir.  Esto es, que el Estado gaste más cuando la economía está mal y gastar menos cuando la economía está bien.  Esto porque se asume que los agentes privados son los que harán el gasto relevante cuando las cosas vayan bien.  No obstante, de entrada ya podemos ir previendo que esto tampoco lo van a poder cumplir.  Después de todo, propuestas extrañas como la de la Pensión 65 ya anunciaron que se van a mantener enteramente con ingresos temporales (los impuestos a las sobreganancias mineras, que por definición son excepcionales).  Considerando que la economía peruana depende en buena parte de la minería, esto quiere decir que si a la minería le va bien, a la economía peruana le irá bien y recién entonces los nacionalistas tendrán ingresos para hacer sus gastos nuevos. ¿Ven la figura? Esto no es contra cíclico.  Muy por el contrario.  Es recontra pro cíclico.  Que es precisamente lo que hoy en día se sabe que no se hace.  A menos, claro, que estén hablando de utilizar reservas internacionales cuando no hay ingresos excepcionales por la minería...

... en cuyo caso se están bajando el objetivo anterior, el del BCR independiente y autónomo.  Porque hay reglas y patrones a las circunstancias en las cuales el BCR puede autorizar uso de reservas internacionales.  Y en estas condiciones la única manera de que las autoricen es con Kurt Burneo de director de la institución.  O qué sé yo.

Y finalmente, en la página 112 está la parte nefasta que seguramente los humalistas y proto-humalistas procederán de inmediato a negar: El retorno de los controles de precios.

Insisto: Aquellos que recordamos el primer gobierno de Alan ya sabemos que eso es una pésima idea.  Ya la vivimos.  Ya la sufrimos.  No es un acto de fe o de dogma.  Es algo terriblemente pragmático.  Intentar controlar precios de productos en un mercado competitivos tiene consecuencias terribles: Desabastecimiento e informalidad.  Esto, es más, se enseña en la universidad a los que están estudiando economía.  Usualmente en un curso llamado Introducción a la microeconomía, que se dicta en primer ciclo.

El plan de gobierno del amigo contiene el siguiente párrafo.

Se ha etiquetado rabiosamente cualquier intervención en este ámbito como «el retorno a los controles de precios», cuando en realidad, en un mercado regulado, el control de precios, y de la calidad, y de las condiciones de prestación del servicio, es la labor natural del regulador. Resulta evidente que la política «regulatoria» neoliberal ha tenido como objetivo beneficiar a la gran empresa en perjuicio del consumidor que, sin opción para elegir, se ha visto obligado a pagar los precios más altos por las actividades esenciales, sin recibir un servicios de calidad y sin que las condiciones de prestación respeten su dignidad.

¿Alguna duda? Miren, yo realmente quiero creer que estos causas no la van a embarrar y que son una opción válida.  Pero cada cierto tiempo encuentro estas pachotadas en sus planes de gobierno o por más tranquilizadores que se quieran mostrar ante los cuestionamientos más básicos se regresionan a su estado original de despreocupación por la estabilidad macroeconómica.

Uno que quiere creer y se salen con este literal retroceso al periodo del primer Alan.  O sea, en dos décadas de progreso no hemos aprendido nada.  Ahí están sus colas, sus mercados negros, su desabastecimiento de productos básicos.  Buena suerte tratando de controlar los precios en una economía que es casi en un 70% informal.

En todo caso, esta semana el amigo Humala fue a firmar el compromiso con el Acuerdo Nacional, lo que tira por los suelos muchas de las cosas que defendían en su plan de gobierno (más no todas).  pasa entonces la cuestión a ser otra completamente: ¿Les creemos? Yo personalmente tengo mis dudas.  Pero en fin, tienen el derecho de hacerlo, por supuesto.  Más sobre eso, mañana.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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