Si aún no sabes qué será de tu dinero en las AFP, no te preocupes.  Nadie lo sabe.  Ésas son las consecuencias de que una reforma compleja que debería ser técnica quede en manos de políticos que lo único que están viendo es la ida y venida de posiciones, en vez de los beneficios o los costos que le traen los cambios al país, a las AFP o a los contibuyentes.

Antes que nada hay que deplorar a los que andan por ahí diciendo que se trata de tener fe y que hay que ver lo que pasa.  No, pues.  Así no se hace políticas públicas.  En el mundo civilizado se hace un cambio a las reglas del juego sabiendo exáctamente (o "cerca a exáctamente", en todo caso) de las consecuencias de lo que se está haciendo.  Pero con la reforma de las AFP que se ha impuesto no quedan claros algunos de los puntos específicos.  De hecho, creo que con esta reforma se marca el final de la era en la que el MEF era nuestro aliado en el gobierno actual y que en él podíamos confiar para que mantuviese todo funcionando correctamente.  Después de todo, lo que se ha aprobado al final es básicamente lo que el MEF propuso más unos detalles añadidos.  Y aquí el amigo Pablo Secada nos explica cómo algunos de los elementos de la reforma en cuestión simplemente no tienen sentido.

En la versión impresa de la revista Semana Económica se han publicado varias notas alrededor de este tema.  En ésta en especial se menciona que las modificaciones giran alrededor de la disminución de los costos, la ampliación de la cobertura y la licitación de cuentas individuales.  En ese sentido, se espera que las consecuencias para los afiliados serán, por ejemplo, que podrán obtener una mayor rentabilidad de sus fondos, dado que se permiten nuevas opciones de inversión para las AFP mismas.  No obstante, estas nuevas opciones que permiten acceder a mayores beneficios, vienen -como siempre que en finanzas se accede a mayores posibilidades de mayores beneficios- con un mayor riesgo que no creo que se le esté explicando correctamente a la gente.  Lo bueno es que uno puede evitar esos riesgos, optando por uno de los fondos (o combinaciones de fondos) que arriesgan menos.  Algo que tampoco creo que se le esté explicando correctamente a la gente.

Otra cosa es que con este rollo de las licitaciones de paquetes de cuentas, los que ingresan al sistema tienen limitadas sus opciones de decisión.  O sea, a través del proceso de licitación se decide a dónde irá a parar tu dinero.  Tú no lo decides.  En ese sentido, perjudican a los que tienen otros criterios de decisión.  Por ejemplo, en mi caso, yo escogí a mi AFP porque me gustaba que contribuyera en ese entonces a proyectos de responsabilidad social que conocía (después de todo, como explica el amigo Julio Velarde, lo que ofrecen las AFP a fin de cuentas es básicamente lo mismo a básicamente el mismo costo).  Yo consideraba eso importante, pero no le voy a imponer mi criterio a otros.  Con el nuevo modelo, estas selecciones ya no son posibles.

Otro detalle para el que nos debemos ir preparando (y que es consecuencia de la propuesta del MEF, avalada por Jaime Delgado de la Comisión de Defensa al Consumidor del Congreso y por el Presidente del Congreso Daniel Abugattás) es que esta jugada de la licitación de paquetes de cuentas crea una especie de monopolio en el mercado.  Estoy seguro de que si has oído hablar al amigo Delgado sabrás que él se opone a todo lo que sea empresa en posición monopólica... a menos, claro, que sea un monopolio que él mismo está creando.  #digonomas

Con respecto a la curiosa decisión de permitirle a las AFP invertir en derivados (y si la SBS tendría capacidad de regular eso adecuadamente) y del kafkiano proceso por el cual se aprobó esta reforma y no la que ya se había conversado con todas las partes en la Comisión de Economía del Congreso y que atacaba varios de los problemas que existe en el mercado de las AFP para que en éste haya más competencia, con suerte otro post en unos días.

(Dibujito de arriba: http://quickhidehere.blogspot.com)