#ElPerúQueQueremos

Empresas estatales otra vez (9): Error de concepto

Publicado: 2012-05-03

Hay un mito que anda dando vueltas y que por momentos resurge con la fuerza propia de una discusión que hace tiempo que ya no tiene sentido.  Se trata de esta noción de que todo aquel que critique a las empresas estatales quiere que no haya Estado en el Perú.  Y eso dista mucho de la verdad.

Como la mayoría de las discusiones económicas que tienen los adultos, este asunto tienen matices.  Podemos discutir si específicamente nos conviene que haya una empresa estatal que mantenga el monopsonio de la compra de coca (así como un monopolio es cuando una sola empresa es la única que vende y por ello impone sus condiciones, el monopsonio es cuando una sola empresa es la única que compra y por ello impone sus condiciones) o si queremos que la empresa que dará el servicio público de transporte público en Lima sea publica o privada o mixta.  El caso es que cada caso hay que verlo por separado y la tendencia natural de una economía de libre mercado como la que hace rato se instauró en el Perú es que todo se vaya por el lado del sector privado a menos que haya razones para no sea así.

Pero no es cierto que haya un movimiento que abogue por una economía sin Estado.  Ése es el floro conspiracional de aquellos que se están quedando sin argumentos para defender las empresas estatales de las que nos deberíamos estar deshaciendo.  En esta entrevista que me hizo el amigo Godoy la semana pasada tocamos el tema hacia el final del video.

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directamente.  Ni modo)

Por si acaso, la entrevista a la que me refiero en el video es a una que le hicieran a Javier Diez Canseco en el programa Economía para Mulas.  Ahí podrán apreciar cómo se pretende defender a las empresas públicas actuales bajo el argumento maximalista de que lo que se quiere es que el Estado deje de existir, cuando ésa no es la idea.

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en el que podrán hacer otro click para poder ver la foto)

En una economía de libre mercado tú necesitas del Estado para solucionar varios problemas.  Entre ellos, para ofrecer esos servicios y bienes que el sector privado no está dispuesto a ofrecer por alguna razón.  Ésta es una discusión que se vuelve bastante pertinente en un contexto mundial en el que a Argentina se le ocurre tomar el control de una corporación como YPF o que al Estado boliviano se le ocurre agarrarse las empresas eléctricas.  No vaya a ser que a un trasnochado se le ocurra imitar ese ejemplo en el Perú.

Diez Canseco también recurre a ejemplos extremos de casos que claramente tienen que ser brindados por el Estado para justificar los otros casos que no son tan claros.  Para ayudar al debate aquí tres ejemplos de empresas públicas que hicieron un pésimo trabajo y que a la luz de lo que se sabe hoy en día no hay forma de justificar de que hayan quedado como públicas.

1. Compañía Peruana de Teléfonos (CPT).  Sí, ya sé que todos odiamos a Telefónica del Perú por sus maltratos, por sus atropellos, por sus cobros indebidos y por todo eso.  Pues a los menores de 30 años déjenme que les cuente: Antes era peor aún.  Sí, yo sé que ese universo es difícil de imaginar, pero es cierto.  Alguna vez el servicio de telefonía fija en el Perú lo brindaba una sola empresa, la cual era manejada por el Estado.  Y varias de las críticas que le hacemos a Petroperú y al Banco de la Nación por estar siendo manejadas con los criterios equivocados se aplicaban a CPT también.

En este resumen de un informe que se hizo al Congreso en el 2002 acerca del impacto que tuvo la privatización de CPT está explicada de manera bastante clara la situación inicial, cómo fue el proceso de privatización y el resultado unos años después.  Pero si quieres algo más técnico, este estudio de Grade es para ti.  Calcula la variación del bienestar de la población peruana desde la privatización en 1994 hasta el año 1998.  Halla que la venta le convino al pueblo peruano, con una mucho mayor incidencia en la población más pobre. Finalmente, en este artículo de Perú Económico se hace una especie de crónica de cómo el hecho de que CPT pase a manos privadas mejoró la vida del país en general.

Quien quiera que diga que nos conviene que Telefónica regrese a ser una empresa pública "estratégica" definitivamente no vivió esa época.

2. Empresa Nacional de Puertos (Enapu).  Éste caso es un poco más truculento, porque hoy en día aún funciona y hay muchos intereses involucrados que impiden que se siga avanzando en su desmantelamiento.  Claro que ellos le echan la culpa de su inefectividad y de los inmensos desastres de los que son responsables a los intereses internacionales y a las corporaciones malignas.  Lo cierto es que por mucho tiempo Enapu estuvo a cargo de la administración de los puertos en el Perú.  E hizo una tarea tan, pero tan pobre en ese aspecto, que para finales de los años noventa teníamos una de las infraestructuras portuarias más atrasadas de la región, con tecnología tan obsoleta y con costos tan altos en comparación a otros puertos cercanos, que el comercio exterior en el Perú pagaba sobrecostos altísimos por usar los puertos.  Varias industrias perdían contenedores enteros por los penosos procesos burocráticos y por las demoras causadas por esta empresa pública, cuyos dirigentes siempre se preocuparon más por la estabilidad laboral de sus trabajadores que por ser medianamente eficiente.

El anuncio en su momento de que se le quitaría de sus manos el Callao y algunos de los puertos regionales fue celebrado.  Lamentablemente este proceso está demorando demasiado y debería ser retomado.  Peor aún, el gobierno actual tiene como uno de sus ofrecimientos electorales, por el contrario, fortalecer Enapu.  Mala idea, pues.  Es regresar a un modelo que ya lo probamos y ya nos dio malos resultados.

3. Aeropuerto Jorge Chávez.  Quizás a los más jóvenes se les haga complicado hacer que convivan en sus cabezas los problemas de colas que hay en el aeropuerto cuando quieres salir del país, con los premios internacionales que recibe la administración (privada) del Jorge Chávez, con algunas duras críticas que recibe la administración (privada) del Jorge Chávez por parte de aquellos que con dientes y uñas trataron de evitar que se entregue en concesión y que perdieron esa discusión.  Si bien es cierto que ha habido problemas posteriores con la tarifa que se había comprometido a cobrar la empresa a cargo, lo cierto es que nuevamente aquí los menores de 30 no se van a poder imaginar el desastre que era antes este aeropuerto en comparación a como funciona ahora.

A partir de la página 66 de este informe del IPE -quienes antes solían ser la referencia obligatoria en lo que a atraso en inversión en infraestructura se refería, por todo lo que han publicado al respecto- se puede leer sobre este asunto con mayor detalle.  Por ejemplo, los avances en el ranking mundial de infraestructura aeroportuaria y el avance en el índice de calidad de infraestructura aeroportuaria (para cuando fue publicado este documento ya le estábamos ganando a Argentina y a Brasil).

(Dibujito de arriba: http://meliaparsloe.blogspot.com/)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Economía de los mil demonios

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